Soy una fugitiva sombra
que se ciñe a los brazos
de tu imagen vana.
Soy una venganza ufana
que se aparta de tu alma
aunque el llanto la carcoma.
Eres una vasta tarde
despiadada y ausente,
que refleja dementes cantos
aunque mi risa muera a carcajadas.
Eres un recuerdo hecho llaga,
con sangre salada,
que escurre por mi alma
ahogada en tus miradas.
Entonces somos
dos flores moribundas
rondando en el vacio
con una soledad inmensa.