Ya sé que mi poesía es absurda
como el supuesto amor que me juraste un día.
Ya sé que no soy bueno en el sexo.
Ya sé que tengo depresión.
He estado tratando de olvidar en los bares
el sexo de las noches de los martes
y mi conciencia me grita
que te busque
que tú me estas esperando
en algún lugar.
Sin embargo no quiero correr riesgo.
Mi corazón ha sido mutilado.
Por suerte, aún sigo vivo.
Pero estoy roto por dentro.
Asi que, sigue esperando, cariño.
Sigue esperando por mí.
Que quizás me tome unas cervezas
y me embriague tanto.
Que quizás vuelva por ti.