Aquella noche mirándonos el uno al otro
en aquel balcón
mientras en la carretera los autos pasaban
de izquierda a derecha
y algunos susurros de las criaturas nocturnas se oían.
Era una noche fría
y de a poco la luz de la luna se iba.
Seguimos parados ahí
en aquel balcón
en total silencio
ninguno de los dos osaba a moverse
y la oscuridad de la noche cubrió por completo nuestros rostros.
Sus ojos brillaban
quise tomarla con mis temblorosos brazos
y besarla.
Pero no lo hice.
Seguí a su lado
y las ganas que tenía de tomar su mano
eran incontrolables.
No recuerdo exactamente que paso después.
Si me fui yo
o se fue ella.
Pero en mi mente aún estamos
en aquel balcón
mirándonos
y en total silencio.