No me gusta estar sobrio
un martes por la noche.
La vida es muy deprimente a estas horas.
En estos días.
No me gusta la soledad
pero me aferro a ella
como un enfermo
a su medicina.
No me gustan
tus “intenciones” de ayudar
prefiero irme a la cama
y llorar.
Estúpida chica.
¿No ves que nadie puede ayudarme?
¿No ves que soy un desastre?
Por favor, vete. Vete para siempre.