Las luces caen rápido,
la noche me está llamando,
escucho voces gritando,
pero se que por ese motivo
en casa no estoy.
No puedo decirlo,
nadie va a creerme,
estoy solo con mi mente absurda en un infinito de irrealidad.
Ahora necesitaría esa
persona especial,
pero nadie le cree a alguien
que envuelto en un chaleco está.
No puedo salir de este lugar,
los pálidos muros me lo impiden,
mas no me queda más que hablar con las voces que no se dejan escuchar.