Amar a un amor imposible puede ser el mayor veneno,
haciéndonos perder la cabeza y destruyendo cada fragmento de nuestra alma.
Me detengo a pensar cuán injusto es todo,
por qué tantos amores no correspondidos,
por qué debe ser parte de ellos el mio.
Entiendo las diferencias,
uno como el verano, lleno de vida, puede colmar de alegría mi limitado mundo con tan solo una sonrisa.
Cálido como un singular rayo de sol, infinito en todos sus aspectos.
Mas yo soy como el invierno,
fría y poco llamativa,
ahuyentando los colores.
Pero una parte de mi es consciente de que si nos fucionaramos la más perfecta primavera,
o el más atrapante otoño,
porque el calor puedo volver aguas la nieve y hasta el más frío hielo puede quemar.
Pero como invierno y verano,
estamos lejos estando cerca.
Como invierno y verano,
estamos separados.
Porque así como invierno y verano nos quedamos.