La vida es el más precioso e interesante campo de guerra,
donde decidimos avanzar titubeante con la esperanza de volver triunfantes.
Las granadas y misiles son tan impredecibles
como la maldad en los lugares en que se halla,
donde la traición más mínima se asemeja
al impacto de una bala,
donde cada pérdida
es una baja.
Pero también es el lugar donde dejas atrás los miedos para enfrentar algo nuevo,
donde encuentras aliados inesperados y compañeros que pelean a tu lado,
donde todos continuamos esperanzados.
Porque en la vida como en un campo de batalla,
hay que pelear primero para después triunfar,
y hay que saber perder
para poder saber ganar.