A mi cigarrillo le quedan pocos minutos de vida, y esta madrugada apenas empieza y pronto termina, ¿pero qué hay de mi? Ese es el puto problema. Mi destino no está claro.
Cada poema me sabe más amargo, más hostil, más deprimente. Pero así son las cosas, cada cual como tiene que ser o como creo que tienen que ser.
Con delirio busco el amor, pero el tonto se me corre, como si fuera el único que ha dejado de creer en él. El día que te encuentre te abrazaré más fuerte que la última vez, y si te escapas, vuélvete a esconder muy bien como hasta ahora, pues por tí emprenderé de nuevo mi viaje.
Soy un hombre viajero, que se sorprende una mil veces con lo que ya conocía, pero siempre le encuentra otra pata al gato, con tal de hacer de lo viejo algo nuevo, algo inventado, y así dibujarme una sonrisa.
Son pequeños mis párrafos, pero cada letra viajó a todas las galaxias existentes, así que cada palabra contiene una historia, historias que un día, amor, espero contarte.