Capitulo 1
Genial, los primeros días de el año y comenzamos mal, muy mal.
Esta cosa de gomaespuma en mi cuello me fastidia, ha intervenido en mis actividades de el día de hoy. Toda esta situación me irrita demasiado, pese de haber pasado una noche incomoda en el hospital llena de estudios y exámenes médicos ahora debo cargar con este cuello ortopédico del infierno.
¡Que suerte la mía!
Gracias a el excéntrico chico "polvitos mágicos", mi vida se ha vuelto llena de complicaciones y eso que ni siquiera lo he vuelto a ver. Un año nuevo ya no se puede pasar en paz, mientras me aleje de los problemas y la incertidumbre he de parar aquí, con el doble en cuestión. Quiero convencerme a mi misma que solo necesito un café bien cargado y tirare la menuda de emboladas en las que me he metido por ingenua.
Además no pienso pagar ni un solo centavo por los daños de el accidente. Sí, un accidente, resulta que mientras maquinaba mi escape de el muchacho ese, otro idiota borracho se le ocurrió manejar "tranquilamente"-nótese el sarcasmo- por ahí y lo demás es cuento viejo.
Mi primer día trabajando por mi cuenta, estaba tan acostumbrada a la tranquilidad y a que todo me lo servían en bandeja de plata sin embargo ya era hora de unos cambios. Dejar Marsella fue un alivio total, mis obstinados padres querían que trabajara en su empresa hotelera, como tradición por el resto de la familia. No obstante esa no era mi idea de proyecto de vida, soñé tanto con ser diseñadora de modas que tuve que abandonar todo lo que me daban, a cambio de felicidad.
El problema no solo era mi familia, si no mi alrededor en sí. Aplique una beca de diseño de modas en esta ciudad a sus espaldas y ellos nunca se enteraron, hice algunas practicas en una boutique de una amiga de mi tía Estela, ella fue la única que estuvo allí en esos momentos y me apoyo para que pudiera estudiar acá. Todo allá me parecía sofocante y en un impulso totalmente inconsciente me fugue, como un criminal escape de toda responsabilidad con ellos para venir. Aunque es cierto que pude irme a París sin embargo quería sentir algo nuevo, algo que me inspirara a ver lo distinto, no lo aburrido que ya he conocido.
Gracias a a la gran recomendación de Grace, la dueña de la boutique pude conseguir un trabajo estable en esta ciudad en pocos días mientras en simultaneo estudio, tengo horarios flexibles con la universidad y una buena paga. Sin embargo no todo es color rosa, aún tengo que acostumbrarme a este lugar y adaptarme lo más rápido posible.
También me duele haber dejado a mis amigos así, aunque me debería de referir solo a Ágathe, ella fue la única que no me abandono cuando mencione ser diseñadora, y de mi sueño. Pese a no haberle mencionado nada de mi escapada ella lo presentía y sabía que no me podría detener. Lo demás fueron un accesorio por varios años, una amistad poco fuerte que solo se mantenía de nuestra clase social, ya ni me interesa recordar sus nombres.
Ayer por la noche, pude conseguir un nuevo chip para llamar a mi tía, hace casi una semana que no hablo con ella y debe estar preocupada. Gracias a que tengo un número nuevo me libro de llamadas de mis padres, sin embargo anoté el teléfono de ella y Ágathe, para llamarlas en cuento pudiese.
—Salut? Parlez à Estela Barnard, si vous souhaitez un rendez-vous je vous suggère de contacter mon assistante.— (¿Hola? Habla con Estela Barnard, si quieres una reunión te sugiero que contactes con mi asistente.)— Su voz refinada resuena por las bocinas, y la frialdad que demuestra en sus conferencias no es nada ya que en realidad es un amor, lo de su corazón de hielo es solo una fachada publicitaria de su manager. Y adivinen, sí, ella es su propia manager.
—¡Tía Estela!— Exclamo emocionada, me entusiasma la idea de volver a hablar con ella, la extrañaba demasiado.
—ma petite sauterelle, ¡Oh!, Merlia, lindaaaa— Alarga la "a" más de lo que debería. —¿Cómo has estado?— ríe através de el teléfono, puedo imaginar que estará levantando de su silla gritando a diestra y siniestra que necesita inspiración para pintar. Ella es artista y ha vendido muchas de sus obras a unos museos de la ciudad de París, ella vive allá. Su vida se ve envuelta en conferencias y lujos, muchos lujos. Al inicio planeaba vivir con ella sin embargo no era seguro ya que viajaba tan seguido y no podía tener una vida "estable".
—Bien, bien. Poco a poco iré estando más cómoda en esta maravillosa ciudad— hablo sonando entusiasta omitiendo mi pequeño accidente; No es tan sobre-protectora como mis padres pero tiene su grado de tía oso, si se lo menciono llamaría a mi padre de inmediato y tendría de decirle adiós a Nueva York.
—Eso espero, tu padre esta irritado por tu partida, Lia.— mi padre... ese hombre no tiene vergüenza, después de dejar mis aspiraciones de lado para su propio bien, ahora quiere saber de mi. Suspiro y ella lo nota, sabe que me cansa hablar de eso.
—Escucha... sabes como es el— escucho através de la linea la voz de mi padre con voz gruesa y demandante, lo que me hace creer que es un recado de voz.
—¡Marie Estela Barnard Ponce! Oú est Merlia?¡J'exige que tu la ramènes!— ¡Marie Estela Barnard Ponce! ¿Dónde esta Merlia? ¡Exijo que la traigas de vuelta!— Un sonido de desagrado sale por la boca de ella.
Luego comienza a sonar otra grabación:—Je te jure, où qu'elle soit, je la ramènerai. Et je m'en fiche si je dois voyager à l'autre bout du monde— Lo juro, donde sea que esté, la traeré de vuelta. Y no me importa si tengo que viajar al otro lado del mundo.— ahí se escuchaba mucho más enojado, hasta puedo pensar en su cara cuando descubrió que me había ido.
—Ya lo oíste, deberías comunicarte con el si no quieres que nuestras cabezas cuelguen de adorno en algún pasillo de sus hoteles.
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Editado: 02.11.2021