Susurros en la oscuridad.

En la penumbra de un cuarto que solía ser nuestro,
donde el reloj marcaba el compás de tu risa,
guardé mis sueños en las grietas de la noche,
donde tu ausencia aún pesa y me desarma.

Cada rincón guarda el eco de tus palabras,
susurros de promesas que nunca alcanzaron la mañana,
como hojas secas arrastradas por el viento
de un invierno eterno en mi corazón,

Tu voz, que solía ser la melodía de mis días,
ahora es una sombra que se esconde en la distancia,
y cada letra que me escribiste es una herida
en la piel de un amor que nunca fue correspondido.

Busco tu reflejo en los espejos rotos,
en cada rincón vacío de la casa que compartimos,
pero solo encuentro el silencio abrumador
y el peso de un amor que nunca regresará.

Mis lágrimas son la tinta con la que escribo esta despedida,
mientras el dolor se convierte en la única compañía,
y en cada paso que doy, siento el vacío
de un amor que se desvaneció como el humo en el aire.

Quisiera haber sido la luz en tu oscuridad,
pero solo fui un susurro en el viento,
y en la eternidad de tu indiferencia
mi amor se deshace, como la lluvia en la tormenta.