En varios momentos de mi vida pensaba que estaba solo, pero no es así, con el transcurrir del tiempo, me has hecho saber; padre mío, que no estoy solo, que tú siempre Señor Jesucristo has estado conmigo. Desde el principio cuando no estaba en tus caminos, hasta ahora, que busco de ti todos los días.
Oh Jesucristo Señor, eres mi salvador y mi protector, porque envías ángeles para que me ayuden en la batalla, ángeles para que me consuelen en los días que estuve triste, ángeles para resguardarme de toda mal y peligro, ángeles de sanidad. Y ministradores.
Tú eres un Dios de amor, Señor mío, y como tal, no quieres que nadie se pierda, sino que quieres que todos se salven, me siento totalmente dichoso de tener tu protección, tu sirvo y tu pequeño; te adoro y te amo, oh Jehová Dios, yo te buscaré hasta la eternidad.