Para la batalla me estas preparando, oh Señor mío, Padre nuestro, creador del cielo y de la tierra, he aquí tu siervo, he aquí tu pequeño, quien está siendo acatado por la oscuridad, y amenaza con hacer daño, pero yo siempre confiaré en ti, oh Jesucristo Señor, porque no hay enemigo que diga que va hacer algo sin que tu oh Dios, lo permita. Tú tienes la última palabra, y si tu no lo permites, no habrá ninguna bruja o brujo o cualquier cosa que se levante del infierno, que pueda detener o pasar por tu palabra. Porque pueden venir cientos de miles y no podrán detener el poder de Dios.
Yo quiero agarrarme y sujetarme cada día más de ti, oh Jehová Dios de los ejércitos, cíñeme de tu poder; y líbrame de todos los que quieren y desean mi mal.