Estoy aquí, aquí esta tu siervo Señor, a ti acudo porque eres grande y poderoso, eres un Dios misericordioso y maravilloso; que sabes lo que pienso y lo que estoy sin tiendo.
Acudo a ti, oh Padre celestial, creador del cielo y de la tierra, creador de los mares y de todo lo que nuestros ojos ven. Tu eres Rey sobre todo, Señor; escucha a este pequeño, quien clama por sanidad, porque tú sabes antemano mis intenciones, y yo sé, que tú eres un Dios de nuevas oportunidades, que eres fiel para con nosotros, tu creación, eres tardo para la ira y grande en misericordia. Porque tu misericordia es tan grande, que haces salir el sol para buenos y malos, y también haces llover para buenos y malos.
Yo te doy gracias porque me has librado de grandes peligros, una y otra vez has estado ahí, protegiéndome y librándome de serpientes y leones, pero ahora te ruego, te suplico en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que escuches la petición de tu siervo; y trae sanidad. Concede otra oportunidad a este requerimiento de tu pequeño.
Señor, no hay nadie como tú, oh Señor, solo tú sabes todo de mí, de mis debilidades y mis fortalezas, y ahora sabes muy bien el porqué de esta petición.
Oh Padre celestial, yo te amo...