Jehová Dios de los ejércitos, padre eterno, tú poder están inmenso y tan grande, que creaste la lumbrera mayor. Para alumbrarnos todos los días, la cual nos proporciona el calor suficiente para subsistir.
Su calor nos favorece, favorece también a las plantas y a los animales. A todo ser viviente.
En cada mañana y cada día, el sol hace su aparición, y en cada tarde su retirada, tal cual como lo ordenaste desde el principio.
Creaste la lumbrera menor y las estrellas, la cual hacen su aparición en la noche. Las estrellas tiñen los cielos de luces con su parpadeo a cada instante, y junto con la luna, enseñorean la noche.
Creaste la brisa, la cual nos refresca y nos abraza recorriendo todo nuestro cuerpo. No la podemos ver, pero sabemos que esta ahí, porque la sentimos.
Pensaste en todo para nosotros, porque eres un buen padre, eres nuestro padre, quien cuida de nosotros.
Tu poder es incomparable e inigualable, creador también de la bestia marina, la cual es la criatura más fuerte que hiciste, y solo tú, oh Dios creador del cielo y la tierra, la puedes vencer. Porque tu poder es absoluto e infinito.
Toda tu creación es perfecta, porque tú eres perfecto. Eres santo.
No hay nadie como tú, oh Dios. No hay nadie que iguale tu grandeza.