Aunque ya no me veas aún sigo existiendo tras esta pantalla;
te observo de cerca aunque estés a mil kilómetros de distancia.
Aunque ya no me leas aún sigo escribiendo mis manos no se cansan;
plasmo en estas líneas mis poemas, mi corazón dicta cada palabra.
Aunque ya no me pienses sigues ocupando cada espacio de mi mente;
te recuerdo en mis paseos de rutina, en las canciones y películas de madrugada;
aunque ya no me sueñes, en mis noches me desvelo y despierto sola en esta cama.
Aunque ya no me extrañes, la nostalgia se ha vuelto mi peor enemiga;
tu imagen reaparece cada instante, me quedé atrapada en tu sonrisa
Aunque ya no me hables, tu voz sigue siendo mi motivo de alegría;
mis orejas aún escuchan y mis labios expresan toda la melancolía.
Aunque ya no me sientas yo te siento en mis suspiros, y cada latido;
pues mis sentimientos no gritan ni callan, sino que cada día tienen más fuerzas;
aunque ya no me creas porque te faltó coraje para conocerme de veras.
Solamente recuerda si algún día, por obra del destino un instante me vieras;
y quisieras leer esta poesía que hace mucho tiempo una vez escribiera.
Ten presente que: alguien te ve, alguien te cree, alguien te piensa;
alguien aún te sueña, aún te extraña, aún te quiere, aunque ya tú no quieras.