Mi corazón no soportará otra batalla otra vez.
Mi héroe al ver mi batalla se marchó para nunca más volver.
No esperaba nada de él.
Ni una nota diciendo que se fue.
Por favor ven y sálvame.
Por favor ven y protégeme.
Por favor ven y abrázame.
Donde sea que estes…
Ven y sácame de mi torre de una vez.
“Hacerme prometer protección será demasiado para ti, tal vez”.
“De la torre yo nunca te rescataré”.
“Busca a alguien más que cumpla con mi papel”.
“Tu escudo de ahora más renuncio ser”.
“Busca a alguien más que cumpla con mi papel”.
“Yo ya no quiero tu escudo más ser”.
Mire a mi héroe marcharse, y la desesperación de mi se apoderó.
Extendí mi mano en las alturas, tratando de encadenarlo, pero ¿cómo?
Ya su silueta borrosa se volvió.
De la torre salté y desde las alturas volé.
Pero, mi cuerpo azotó contra la tierra, dejando charcos de mi ser.
Y, aun así, mi héroe no volvió por mí.
Mi cuerpo ensangrentado quedó ahí, sin nadie que velara por mí.
Y ahí entendí, que mi héroe nunca existió.
Que era parte de mi imaginación.
Un recuerdo, de alguien a quien he olvidado con razón.