Quiero mirar las estrellas,
Y poder ser amigo de ellas,
Para contarles la tristeza,
Que agobia mi dura cabeza,
Y lastima mi frágil corazón,
Ya estoy perdiendo la razón,
Para mi el único consuelo,
Es mirar la belleza del cielo,
Que me deja siempre perplejo,
Pues aunque sea muy viejo,
Siempre está tan perfecto,
Hablandonos en su dialecto,
Que hace brillar las estrellas,
Como millones de centellas,
Que nacen sin parar cada día,
Con nuestra simple alegría.