La luna hermosa apareció,
Y con su brillo me encantó,
La oscuridad desapareció,
Y con su bella luz me iluminó,
Ante mí su rostro mostró
Y mi corazón se enamoró,
Pues la paz en el encontró,
Y su mano jamás me soltó,
Me lleva con fraternidad,
Hacía la inmensa eternidad,
Guiandome por el sendero,
De amor puro y verdadero,
Mostrándome el pasado,
El presente y el futuro,
Como un viejo conjuro,
Que no ha sido superado,
Todo pasa frente a mí,
Y no lo puedo detener,
Pues ya no estoy aquí,
Eso lo debo comprender.