Somos tercos, pero no lo aceptaremos,
Somos un gran fraude y lo sabemos,
Nos hacemos más viejos con los años,
Y más fuertes con los crueles daños,
Somos egoístas y no cambiaremos,
Somos aficionados en lo que creemos,
Y la vida en ello fácil perderemos,
Pues lo bueno y lo malo recordaremos,
Con lágrimas cristalinas y saladas,
Con sonrisas falsas y encantadas,
De mil emociones desbordadas,
Que en el corazón están guardadas,
Esperando el momento para salir,
Y un nuevo mundo poder descubrir,
Para ya dejar un día de sufrir,
Y el amor verdadero volver a sentir.