Ella murió el cinco de octubre,
Ya no estará en noviembre,
Y no festejará en diciembre,
Como era de su costumbre,
No brindará el día primero,
Cuando empiece enero,
Sus rosas se secarán en febrero,
Y sólo quedará su amor sincero,
Ya no verá florecer marzo,
Y su corazón será un cuarzo,
Que nos dará suerte en abril,
Multiplicada por más de mil,
Extrañaremos a la madre en mayo,
Pero esa faceta no concluyó,
Ella estará ya en otro dominio,
Mirando como transcurre junio,
Y esperando paciente como río,
A que llegue el mes de julio,
Y aunque desapareció aquel idilio,
Ahora ella ya está agusto,
Sonriendo al temporal de agosto,
Y bailando con septiembre,
Aquí recordaremos su nombre,
Se llamaba Maria Isela, era amada,
Hija, hermana, madre tan preciada,
No olvidaremos aquel octubre,
Donde un fuerte dolor se descubre,
Y del corazón no se borrará,
El recuerdo de nuestro amor,
Y en la eternidad viajará,
Para pintarse de un bello color.