Cuatro paredes a tu alrededor,
¿Que ves?
¿Donde estás?
¿Que haces?
¿Cual es tu destino?
No hay puertas ni ventanas,
Solo polaroids reflejando tu vida a través del tiempo.
Te das cuenta que la única salida es rompiéndolo todo.
Te das cuenta que tienes que perder para ceder
Y dejar para poder ganar.
Entonces, en un intento desesperado por obtener la respuesta correcta,
Lanzas el primer golpe...
Ahora te encuentras en un ring luchando contra tus pensamientos.
Son palabras, son voces, son sonidos.
Los oyes, los entiendes, los sientes pero no puedes tocarlos.
Son abstractos.
No tienen forma.
Entonces, te das cuenta que esa es la única salida.
Y todo se detiene.
Solo un respiro.
Ojos cerrados.
Controlando los latidos de tu corazón.
Todo está tranquilo.
Y en un abrir y cerrar de ojos, el espacio en blanco tiene múltiples caminos.
Ya no oyes palabras, voces ni sonidos.
Ahora solo oyes tus latidos acelerándose por cualquier camino.
Ya no hay un ring, no hay pelea ni gritos.
Solo hay caminos con diferentes destinos.
¿Cómo saber que camino elegir?
Pues así se simple...
Mantente firme en lo que sientes
Y no en lo que dice tu mente.
Demos un paso cruzando aquella línea en nuestras mentes.
Demos un suspiro soltando aquel miedo en nuestros corazones.
Demos todo lo que tenemos incluso si lo perdemos en el intento.