ADVERTENCIA: En los siguientes capítulos se van a tratar temas como la consumición de sustancias, crimenes de grado mayor y el suicidio. Si eres propenso hacia estos temas te recomiendo evitar leerlos.
Estoy tumbado en la cama pensando, ¿cómo he llegado a este punto? Al punto de ahogar mis penas en alchool. Se que no debo hacerlo, pero ¿por qué lo sigo haciendo? Es algo que no puedo explicar, algo que me quema por dentro, creandome un momento de satifacción pero es un sufrimiento a su vez. Haber lo que tengo claro es que debo centrarme en mi puesto de policía y en mis aprendices y en estar bien sin necesidad de el puto alchool. Estoy arto de pensar tanto. Lo único que consigo así es calentarme demasiado la cabeza, tanto al punto que me duele. Tengo que levantarde de una vez por todas.
Al fin consigo levantarme y me doy cuenta de que tengo el cuarto hecho un desastre. Tengo ropa sucia tirada por toda la habitación, botellas de alchool de las cuales algunas están vacías y otras medio llenas. Me estoy dando cuenta de lo asqueroso que soy. Decido ir al baño a peinarme y lavarme un poco la cara.
Acabo de darme cuenta de que tengo un montón de mensajes en el móvil. Miro la hora y ¡llego tarde por un retraso de dos horas! Me termino la madalena que tenía en la mano, me visto correndo y me voy, si ya me regañaba Arthur por llegar dos minutos no me quiero imaginar lo que va a pasar por llegar tarde dos horas. Voy tan rápido en el coche que creo que me he saltado tres semáfaros en rojo, pero no me importa, casi atropello a una anciana que pasaba tranquilamente por el paso de peatones. En un momento me distraigo pensando y casi me choco contra un edificio, que por casualidad salía de ese mismo edificio Fermín que también llega tarde, al menos no soy el único que llega tarde.
No me creo que he llegado a la comisaría vivo, sin duda es un milagro. Entro corriendo hacia el despacho de Arthur y ¡no está! ¿Cómo es eso posible? Él nunca falta aunque estemos en una guerra nunca faltaría en su despacho. Rebuscando por su mesa para cambiar mi hora de llegada me encuentro con un calendario en el cual estaba señalado el día de hoy y ponía aniversario de Mari Cruz, ya me acuerdo , hoy tiene el aniversario de su suegra que es una pianista muy famosa. Eso me hizo que tranquilizara ya que no va a venir en todo el día. Pero me pone más nervioso el echo de tener a los novatos, que hoy les toca a como conducir en persecuciones, siento que va ha ser el último día de mi vida por el echo de que ellos conduzcan a alta velocidad. Bueno tengo que irme ya a mi despacho que seguro que están los novatos allí. Y en efecto estan los dos.
-Buenos días chicos, ¿qué tal habeis descansado?- les digo mientras me peino el pelo con los dedos.
-Haber mi señor, ¿es verdad que hoy toca persecución?- preguntó Amador con ilusión.
-Me temo que si- le contesto mientras me acomodo en mi silla reclinable.
Los dos novatos se miran se sacan unas grandes sonrisas y con un brillo en los ojos que nunca olvidare. Es un brillo de ilusión, de felicidad y de satisfacción infinito.
-Ya veo que os hace mucha ilusión-
-Y que lo diga Guille. Este momento no sabes cuanto tiempo llevo esperandolo. El poder que te da estar en un coche a alta velocidad sin que sea ilegal, es un sueño perfecto- conto Fermín mientras le echaba el brazo por los hombros de Amador.
Me levanto y les hago un gesto para que me sigan. Al salir les enseñé el coche que teníamos por este día. Es un Toyota deportivo de cuatrom puertas, el mejor que tenemos la polícia. Al verlo los chicos se quedaron sorprendidos ya que nunca habían visto un coche como este. Les hago un gesto para que se monte y para empezar me monto como conductor para que vean como conseguir atrapar a los delincuentes.
-Mi señor, ¿desde cuando tiene la polícia estos deportivos?- dijo Amador mientras se montaba en la parte trasera.
-Desde que yo me quejé a Arthur y él propuso al gobierno mejores vehículos para los cuerpos especiales.-
Arranco el coche y el sonido del motor inunda el silencio, provocando que todos tengamos una reacción de satisfacción al escuchar ese mismísimo sonido de los dioses. Miro a los chicos y aprieto el acelerador, meto quinta y escucho como Amador se está rezando unas oraciones, mientras Fermín estaba disfrutando como nunca. En las curvas decido hacer drift y me doy cuenta que esto también me ayuda a olvidar mis problemas, me siento libre. En este momento aparco el coche con otro drift y me giro a los novatos. Miro a Fermín y esta flipando pero de felicidad, después miro a Amador y esta que no esta, le observo las manos que las tenía situadas en el pecho en froma de la postura del orante, tiene los ojos abiertos como platos y la boca abierta.
-¿Amancio estas bien?- le pregunto preocupado.
Amador saca una sonrisa - Es lo mejor que he hecho en vida, ¡me siento vivo y estoy flipandoo! Es una sensación de adrelalina intensa, ¡me encanta!- dijo con una ilusión que se reflejaba en sus ojos.
Lo mire de abajo hacia arriba para comprobar que estaba bien y en cuanto vi la expresión que tenía en los ojos, me di cuenta de que no ha podido estar mejor en su vida y eso me tranquiliza mucho y me hace sonreirle. Me giro y apoyo mi cabeza sobre el respaldo del asieteno, me paso la mano por el pelo y no dejo sonreír. Me vuelvo hacia Fermín y lo encuetro haciendo un directo en instagram. Le doy una palmada en el móvil y se lo quito, mientras estoy riendome, para liberar la tensión que me a provocado la tensión de Amancio.
-¡Hey! Que tenía unas cincuentas personas en directo- me dijo replicandome como un niño pequeño el móvil.
-No puedes hacer directos mientras que estas en el trabajo, ¿te queda?- Fermín me asiente con la cabeza como un niño pequeño y le devuelvo el móvil. -Venga ¿quién quiere conducir hasta que nos den una orden de persecución?-
-Yo, yo, yo ,yo- dijo Fermín
-Perfecto, luego si te ves preparado Amancio puebras tú-.