♡ 내 병아리 ♡
—¡Ya quiero ir a jugar! —habló el pelirrubio hacia YooMi—. ¡JiMin quiere divertirse!
La azabache sonrió y asintió a su petición.
Ambos comenzaron a levantarse del verde césped, y JiMin apresuró su paso.
—No corras pollito —había hablado YooMi hacia su pareja—. Puedes caerte.
JiMin, sin prestar atención a lo que había dicho recientemente la azabache, siguió corriendo en dirección a los columpios que a él tanto le gustaban.
Y es que nunca se podría quitar la emoción de un niño en un parque lleno de juegos coloridos y lleno de infantes jugando en ellos; por lo que, sin prestar atención a sus cordones, tropezó y finalmente se cayó en el duro pavimento.
Sus manos ardían, y sus rodillas estaban raspadas. A él de verdad le dolía y el único sentimiento que ahora albergaba en su corazón era poder ver a su YooMi consolarlo.
—¡Pollito mío! —se había escuchado aquel grito angustiado, de parte de YooMi.
La azabache corrió, desde donde estaba, hacia donde se encontraba su pareja y de inmediato comenzó a auxiliarlo.
JiMin soltó varias lágrimas ante aquel dolor, pero una pequeña sonrisa albergaba su pequeño corazón, por ver a su YooMi linda protegerlo y cuidarlo.
Varias personas externas veían aquella escena de forma extraña. Y es que ver a un chico de 18 años promedio sentado en el pavimento llorando como un niño pequeño no era para nada común.