VII. ♡

♡ 내 병아리 ♡

—¿Te sientes mejor? —había hablado YooMi a su pareja—. ¿No crees que sería mejor ir a casa y curarte tus heridas? —preguntó angustiada la azabache.

—JiMin no quiere ir a casa sin antes jugar en los columpios —habló el pelirrubio con un pequeño puchero instalado en sus labios.

YooMi solo asintió aún con un poco de preocupación, nunca imaginó que aquel día su pollito se lastimaría de aquella manera.

—Vale, pero solo un rato JiMinnie. ¿De acuerdo? —preguntó la azabache a su pareja.

—¡De acuerdo! —habló entusiasmado JiMin, sin pizca de dolor ante la situación que pasó hace algunos minutos.

El pelirrubio se dirigió rápidamente hacia aquel colorido columpio, en el cual cada vez que iba allí, se balanceaba y jugueteaba sin cesar.

—¡YooMi linda! ¿Me puedes balancear? Yo solito no puedo... —habló JiMin, con ojitos de cachorro hacia su pareja.

—Claro, no hay problema —respondió YooMi con una sonrisa.

Y entre juegos y divertidos momentos, las horas habían pasado, por lo que ya era hora de regresar a su departamento. Había pensado aquello Seok YooMi.

—Pollito, debemos regresar —dijo hacia el pelirrubio, a lo que él quiso negar—. Recuerda que me dijiste que te ibas a portar bien si te compraba el helado —habló YooMi hacia JiMin con aquella mirada de recordatorio.

JiMin se acordó de aquello, y no pudo más hacer que asentir ante aquella imposición.

—Solo porque YooMi linda lo dice, lo haré —habló JiMin, con un leve sonrojo en sus mejillas.

Y el corazón de YooMi latió con un fuerte frenesí, ella deseaba tenerlo eternamente a su pollito junto a ella.