El mundo de Lloyd no era una cafetería ruidosa, sino un rincón silencioso en la biblioteca. Olía a papel viejo y a tinta, y el único sonido era el susurro de las páginas al pasar y el clic de las teclas de los ordenadores. Aquí, entre estanterías llenas de conocimientos, se sentía seguro, en control.
Estaba absorto en su investigación para un trabajo de física. Las fórmulas fluían en su mente, y el problema que lo había atormentado durante horas empezaba a encajar. Era un momento de pura concentración. La lógica era su fortaleza, su refugio. Pero entonces, la imagen de un par de ojos azules, llenos de diversión, se interpuso en su cabeza.
"Y yo veo que tu sentido de la moda es tan impecable que cualquier mancha de café es una tragedia nacional".
El recuerdo de su propia audacia lo sorprendió. Y luego, el comentario de Asher: "A menos que prefieras que te ayude con el pantalón, pero para eso necesitaría que te lo quitaras...".
Lloyd sacudió la cabeza, irritado consigo mismo. ¿Por qué se había quedado pensando en eso? Era ridículo. Era el chico popular, el tipo que todos querían ser. No había nada en común entre ellos. Era un error que se le había metido en la cabeza y que necesitaba corregir.
Una voz lo sacó de sus pensamientos.
—¿Estás bien? Llevas cinco minutos mirando la pared.
Era Ben
—Sí, estoy bien. Solo estaba pensando.
—Claro —dijo Ben con una sonrisa de incredulidad—. ¿Pensando en qué? ¿En cómo resolver la ecuación de la gravedad en Marte?
—En algo mucho más complicado —respondió Lloyd, sin levantar la vista—.Estoy tratando de descifrar por qué alguien con un coeficiente intelectual por debajo de la media intenta entablar una conversación.
Ben se río
—Ah, te refieres a Asher. Es un misterio, ¿verdad? No suele hablar con gente como nosotros. La verdad, me ha sorprendido que te prestara atención.
—No le presté atención, él me interrumpió —dijo Lloyd, con más vehemencia de la que pretendía.
Ben se encogió de hombros.
—Como sea, la gente del club de ajedrez me ha dicho que el nuevo campeonato será en dos semanas. Quien que hayas.
Los ojos de Lloyd se iluminaron. Este era su territorio.
—¿Han conseguido más tableros?
—Sí, y un premio en metálico.
—Perfecto —dijo Lloyd, volviendo a su trabajo con una sonrisa en el rostro. Esto era lo que le importaba: la estrategia, la lógica, el control.
Ben se detuvo antes de irse.
—Sabes, a pesar de lo que digas, creo que él estaba genuinamente interesado. No era un juego.
Lloyd no respondió, pero la observación de Ben resonó en su mente. ¿Interesado? ¿Por qué? No había nada en él que pudiera atraer a alguien como Asher. Él era el chico invisible, el nerd con un carácter difícil, y así era como le gustaba. Su mundo era seguro. Estaba construido con muros altos y no había lugar para un chico rubio con ojos azules que lo hacía sentir como si estuviera a punto de perder el control.
Mientras el sol de la tarde filtraba a través de las ventanas de la biblioteca, Lloyd volvió a su trabajo. Pero la idea de Asher, de su mundo tan diferente, había plantado una semilla de intriga en la burbuja de Lloyd. Y a pesar de sus intentos por ignorarla, la curiosidad de por qué Asher había roto su silencio se hizo más fuerte.
💚💙polos opuestos se atraen💚💙
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Editado: 09.09.2025