Polos Opuestos Se Atraen

Capítulo 26: El primer beso.

La cafetería estaba llena de un bullicio suave, el aroma a café recién hecho y pan tostado llenaba el aire. Lloyd y Asher se sentaron en una mesa junto a la ventana, observando el ajetreo de la calle. Asher había pedido dos sándwiches de pollo con tomate, y Lloyd, con su lógica habitual, había aceptado la sugerencia sin dudar.

​Mientras Lloyd tomaba el primer bocado, sus ojos verdes se entrecerraron en un gesto de puro disfrute. La combinación de sabores era un enigma delicioso que no tenía una solución matemática. Estaba tan absorto en su sándwich que no se dio cuenta de la mancha de salsa roja que se le había quedado en la comisura del labio.

​Asher lo miraba, una sonrisa juguetona en su rostro. La mancha de tomate, tan pequeña y tan fuera de lugar en el rostro serio de Lloyd, le pareció adorable.

​—Tienes algo aquí— dijo Asher, su voz suave, señalando su propio labio.

Lloyd se limpió la boca con el dorso de la mano, pero la mancha persistió, haciéndola incluso más evidente. —¿Ahora sí?— preguntó, frunciendo el ceño con una mezcla de confusión y vergüenza.

Asher rio, el sonido resonó en el pecho de Lloyd. —No, aún no

Sin pensarlo dos veces, Asher se inclinó hacia adelante. La distancia entre ellos se hizo minúscula. Los ojos azules de Asher se encontraron con los verdes de Lloyd, y un silencio electrizante cayó sobre ellos.

Lloyd sintió que el tiempo se detenía. Pudo percibir el dulce olor a colonia de Asher y la cercanía de su aliento cálido. El mundo exterior, con sus ruidos y su gente, desapareció por completo.

Asher cerró los ojos y, con una suavidad que le quitó el aliento a Lloyd, lo besó. El contacto fue un choque eléctrico, pero a la vez, se sintió como algo que siempre debió haber sucedido. No fue un beso apresurado ni apasionado, sino uno tierno y cuidadoso.

Los labios de Asher eran suaves y cálidos contra los de Lloyd. Con la punta de la lengua, Asher limpió la pequeña mancha de tomate.

Cuando se separaron, Asher abrió los ojos lentamente, con la misma sonrisa tímida que había tenido en el parque. La mancha de tomate ya no estaba, pero el sabor, la sensación, persistió en los labios de Lloyd.

—Listo— susurró Asher, su voz casi inaudible.

Lloyd, todavía aturdido, solo pudo asentir. Sus mejillas estaban ardiendo y su corazón latía con una fuerza que amenazaba con salirse de su pecho. No había una fórmula, no había un cálculo para lo que estaba sintiendo. Solo un torbellino de emociones que, por primera vez, no le daban miedo.

—Asher— logró decir, su voz un susurro ronco. —Yo… yo no…

​Asher le dio un apretón suave a la mano de Lloyd, que todavía estaba sobre la mesa.

—No tienes que decir nada, Lloyd. A veces, las cosas simplemente pasan. Sin una explicación. Sin una fórmula.

Lloyd lo miró a los ojos, azules y profundos, y por primera vez, la lógica de sus sentimientos se hizo clara. Era simple. Era real. Y era más grande que cualquier ecuación que pudiera resolver.

Y con ese beso, el cálculo más inesperado de todos se había completado, dando como resultado un futuro que prometía ser mucho más brillante de lo que Lloyd jamás se hubiera imaginado.

💙💚Polos opuestos se atraen💙💚




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.