Polos Opuestos Se Atraen

Capítulo 33: La lógica del valor

​La voz de Gabriela resonó en la cabeza de Lloyd: “Él es el sol. Tú eres… bueno, la sombra”. Las palabras eran un ataque personal, un cálculo diseñado para encontrar la falla en su confianza. Durante un segundo, la vieja inseguridad de Lloyd lo empujó a encogerse, a retirarse. Pero luego, su mente, su refugio de lógica, se activó.

No. Aquella afirmación no era una verdad, era una falacia. Una ecuación falsa diseñada para obtener un resultado manipulador. Gabriela no lo conocía. No conocía la luz que Asher veía en él, ni la forma en que su lógica podía ser romántica, ni el valor que estaba descubriendo.

​En lugar de alejarse, Lloyd se irguió. Miró a Gabriela, que se estaba yendo con una sonrisa de suficiencia, y su voz, para su propia sorpresa, fue clara y firme.

—Espera.

Gabriela se detuvo y se giró, su expresión de burla se transformó en una de sorpresa. No esperaba que Lloyd respondiera.

​—Estás equivocada—continuó Lloyd, sus manos se metieron en sus bolsillos para controlar el temblor. —Tu analogía no tiene sentido. El sol y la sombra no pueden existir sin el otro. Y, si lo piensas de forma más precisa, la sombra es la prueba de que el sol está brillando. No soy una sombra. Soy una parte de Asher.

El rostro de Gabriela se endureció.

—No sabes de lo que hablas. Estás confundido.

​—No estoy confundido— dijo Lloyd, y cada palabra que decía le daba más fuerza. —He calculado todas las variables. Tu llegada, tus intentos de llamar la atención de Asher, tus comentarios. Tu ecuación es simple: crees que la popularidad es la única respuesta. Pero hay más variables. Hay conexión, hay respeto, hay apoyo mutuo. Y yo tengo todo eso con Asher.

Asher, que había salido de su clase, vio la escena y se acercó, su expresión pasando de la curiosidad a la preocupación.

—¿Qué está pasando aquí?—preguntó, mirando a Lloyd y luego a Gabriela.

​Gabriela, recuperando su confianza y sonrío.

—Nada, solo estaba hablando con Lloyd. Diciéndole lo que todo el mundo piensa.

Pero Lloyd no permitió que la engañara. Se giró hacia Asher, su mirada firme. No lo hizo para humillar a Gabriela, sino para ser honesto con Asher. —Me dijo que no tengo nada que hacer contigo. Que no somos de mundos parecidos y que solo soy "La sombra".

​Asher se quedó en silencio por un segundo, su expresión se oscureció. Miró a Gabriela con una mirada fría que la hizo retroceder un paso.

​—Gabriela—dijo Asher, su voz baja y peligrosa. —Mi felicidad es un teorema que solo yo puedo resolver. Y Lloyd no es una sombra. Es la parte más brillante de mi vida. Así que, por favor, deja de intentar resolver un problema que no te incumbe.

Luego, Asher se giró completamente hacia Lloyd. Tomó su cara entre sus manos y, sin importarle quién los veía, lo besó. Fue un beso que no necesitaba palabras, un beso que le dijo a Lloyd que lo que sentía era real, que no había nada de qué dudar.

Cuando se separaron, Lloyd no se sintió como una sombra. Se sintió como la luz. Había sido lo suficientemente valiente para enfrentarse a sus miedos y a la persona que los representaba. Y, en esa victoria, supo que, a partir de ahora, no dejaría que nada ni nadie lo hiciera dudar de la única ecuación que realmente importaba.

💙💚Polos opuestos se atraen💚💙




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