El jueves por la tarde, la academia organizó un evento de puertas abiertas para los clubes escolares. Lloyd se encontraba en el salón de matemáticas, ayudando a los estudiantes más jóvenes a resolver complejos acertijos lógicos. Estaba en su elemento, explicando con una claridad que hacía que las ecuaciones más difíciles parecieran sencillas. Asher, que lo acompañaba para apoyarlo, observaba con una sonrisa en el rostro.
—Eres increíble, ¿lo sabías?—le susurró Asher, dándole un beso en el cabello. —Los haces sentir como si las matemáticas fueran magia.
El corazón de Lloyd se aceleró por el cumplido. No necesitaba la validación de los demás, pero la de Asher era su mayor variable de éxito. Justo en ese momento, un grupo de estudiantes se acercó a ellos, con sus teléfonos en la mano, y una risa burlona. Lloyd sintió que algo andaba mal. Una chica en el grupo, amiga de Gabriela, le mostró la pantalla de su teléfono.
Era una foto de Lloyd de cuando era más joven. Llevaba unos lentes grandes, un suéter de lana abultado y una gorra de béisbol de una forma extraña. La imagen había sido editada para hacerlo ver aún más desaliñado.
El pie de foto decía: "El verdadero ‘genio’ de las matemáticas. Asher, ¿en serio crees que esto es lo que quieres?”. La foto estaba en la cuenta de Instagram de Gabriela y había sido etiquetada para que los demás la vieran.
Lloyd sintió el calor de la vergüenza subir por su cuello. Se había visto así en el pasado, y la imagen, un doloroso recuerdo de su inseguridad, ahora era pública.
Asher tomó el teléfono de la chica y lo miró, su expresión de diversión se transformó en una de rabia. Se lo devolvió sin decir una palabra. Luego miró a Lloyd.
Pero Lloyd no estaba paralizado por el miedo como Gabriela esperaba. En lugar de encogerse, miró la foto con una curiosidad desapegada, como si fuera un problema de física que tenía que resolver. Su mente, que tan bien resolvía problemas, se centró en la foto y en la intención de la misma.
—Es un ataque personal. No tiene lógica—dijo Lloyd, su voz firme. —La intención es humillarme. Y el método es usar una foto antigua y editarla. Es una falacia de argumento de mal gusto.
Gabriela, que estaba al otro lado del pasillo, sonrió, pensando que había ganado.
Asher estaba a punto de intervenir, pero Lloyd le dio un suave apretón en la mano.
—Asher, no. Déjame.
Lloyd se giró y se dirigió a la multitud. Su voz, aunque no era fuerte, tenía una calma que hizo que los demás lo escucharan.
—Esta foto es un intento de humillarme. Y es gracioso, porque es una foto de cuando no tenía confianza. Pero eso ha cambiado— dijo, mirando directamente a Gabriela. —No me da vergüenza la persona que fui. Esa persona es parte de la persona que soy ahora. Y, lo que es más importante, la persona que soy ahora tiene la suficiente confianza para saber que esto no me afecta, porque la opinión de una persona que actúa de esta manera no tiene ningún valor.
El silencio en el salón era total. Los estudiantes miraron a Gabriela, cuya sonrisa se había borrado, y luego a Lloyd.
Asher, con una mirada de puro orgullo, tomó la mano de Lloyd. Se puso frente a él, de cara a la multitud, y dijo: —Lloyd tiene razón. El único fracaso aquí es el intento de humillar a una persona tan valiente y real como él.
La mirada de Gabriela, llena de odio, se fijó en Lloyd. Su plan había fallado estrepitosamente. Ella había intentado exponer su debilidad, pero en su lugar, solo había demostrado su propia mezquindad y, lo más importante, había revelado la fuerza inquebrantable de la lógica y el valor de Lloyd.
💙💚Polos opuestos se atraen💙💚
#3474 en Novela romántica
#1197 en Otros
#8 en No ficción
romance bl escolar, drama romántica, extrovertido y antisocia
Editado: 09.09.2025