El hada madre? Es como nuestra líder... Dijo ella con tristeza.
¿Estás bien?
Sí, es solo que a veces quisiera poder explorar más el exterior, y el mundo allá afuera.
Lo entiendo, te aburres aquí, ¿verdad?
La verdad, sí. El reino de las hadas es hermoso, pero a veces quisiera poder ver las nubes... Quisiera poder respirar el aire de allá arriba.
Enui la miró con compasión. Debía ser muy difícil para ella solo salir una vez al año.
¿Por qué no te escapas?
Porque el reino de las hadas está protegido por un portal que me impide escapar.
Esto es aún más triste de lo que pensaba.
Ella lo miró con lágrimas que brillaban como el oro.
¿Cuál es tu nombre? Le preguntó Enui, limpiando su rostro.
Magenta... Es el nombre de un color muy bonito en nuestro mundo.
¿En serio? Te lo juro...
Ven, vamos a correr bajo la cascada.
¿Qué es correr? ¡Nunca has corrido! Tienes que utilizar tus piernas, chica. ¿Acaso nunca las has utilizado?
No, la verdad no. Solo vuelo.
Enui sonrió y la tomó de la mano, corriendo con ella, la cual tropezaba o simplemente no sabía cómo correr.
¡Utiliza los pies, Magenta! Es como volar, solo deja que tus pasos te guíen.
Ella respiró profundo y luego impulsó los pies, corriendo junto a Enui. Luego, el agua de la cascada los mojó, y ambos reían.
Editado: 27.02.2025