Ahora, Enui, lo siento, debes irte. No quiero que la hada madre me regañe. Enui hizo un puchero como si fuera un niño pequeño y acarició suavemente sus alas.
No quiero irme, quiero quedarme contigo un rato más, por favor...
Magenta sonrió tristemente y acarició su mejilla. No puedes, ella me dijo que solo me daría tres horas y ya han pasado tres horas y media. Debes irte.
Pero... Estoy tan feliz aquí contigo, no quiero irme. Por favor, solo déjame intentar convencerla.
Enui, no...
Enui suspiró derrotado y luego se levantó. Está bien, me iré. Pero por favor, prométeme que volveremos a vernos.
Te lo prometo, intentaré hacer todo lo que esté en mi poder para verte de nuevo. Eso tenlo por seguro. Puedes hundirte en el lago rosa, te lleva directo a la tierra de los humanos.
Gracias, lo haré. Y, Magenta...
Ella se giró con las alas decaídas y lo miró con una expresión de tristeza. ¿Sí, Enui?
Solo quiero que sepas que... No me importa lo que seas, sigo teniendo sentimientos por ti.
¿Sabes lo que es verdad?
Sí, Enui, yo también tengo sentimientos hacia ti y pensamientos que no me dejan dormir.
Enui le lanzó un beso desde la distancia antes de hundirse en el lago.
Editado: 27.02.2025