Pólvora y Sangre

Capítulo 1

Argos

“Este es el inicio del fin, respira, cuenta hasta diez, siente el movimiento de la tierra y escucha mi corazón estallar de nuevo…”

Daemon

Erebo, actualidad

Vuelvo a está ciudad que una vez consideré hogar. Estoy solo y con una gran carga sobre mis hombros, lleno de ira y resentimiento. He aprendido una lección de todo esto, nunca hagas el bien por nadie, el Daemon Aslan que era antes ha quedado sepultado el día que le arrebataron a su mujer y a su hijo, ya no pondré a nadie antes que yo. Egoísta, eso no le gustaba a ella, sabía perfectamente que yo siempre pondría a los que me importan antes que yo, pero no más. Me rompieron de todas las maneras posibles y ahora estoy aquí, usando la cara que Z.E.R.O cree controlar y la cara que está planeando todo para destruir a cada una de las personas que me jodieron la vida.

Observó mi reflejo en el agua cristalina. Sujetó con fuerza el frasco de pastillas azules que tengo en la mano, la maldita droga a la que Z.E.R.O me volvió adicto, tratando de controlar al demonio en mi interior pero lo único que hicieron fue alterarlo cada vez más. No caeré de nuevo en esa adicción, porque aunque controlaba los fantasmas que me atormentan he aprendido a lidiar con ellos, abrí el frasco de pastillas y miré una última vez las pastillas, tiré todas y cada una de ellas al mar. Esos malditos tienen algo que aún me importa, pero no por ello me someteré como un perro, ya no más, el tatuaje en mi pecho lo confirma, soy Agente de Z.E.RO, soy Comisario de la Policía de Erebo, fui el líder de una mafia, ahora soy algo mucho más grande y con el que podré acabarlo todo.

Está noche está más oscura que de costumbre, puedo sentir los fantasmas inquietos a mi alrededor, algo está por pasar. Como ese helado viento que te susurra de la fuerte tormenta que se avecina. Pero algo me dice que está tormenta arrasara con todo. Mi teléfono comienza a sonar y el nombre reflejado en la pantalla me confirma mis sospechas, algo anda muy mal.

De vuelta a ese jodido lugar, fingiendo ser algo que no soy, con una placa que no me representa, escucho como todos me saludan como si fuera el ejército, voy directo al techo de este edificio y entonces lo veo. Viktor Kragel, me enviaron a matarlo, pero estaría matando la pieza más útil de mi juego y sabía perfectamente que eso me traería problemas, su semblante me lo dice todo.

— ¿Qué pasa?

No dice nada, me extiende la tableta policial y veo el nombre de alguien que vi morir con mis ojos. Esto es más que una tormenta, es un huracán, un terremoto, en el maldito infierno con el mismísimo Diablo en persona. Cassian Winchester. Está vivo y al parecer ya tiene un rango como Inspector Jefe.

Este hijo de perra debería estar calcinado por la explosion.

Este hijo de perra fue quién causó todas mis desgracias, por querer ayudar al imbécil que tengo frente mío entré al ojo del huracán llamado Cassian Winchester. Él hizo lo que ningún mafioso logró hacer, abrir todas las puertas del infierno y destruir al maldito jefe de la policía que tenía a todos como perros, volvió a Erebo un infierno vivo y vaya que se ganó muchos enemigos, por no decirlo que fue toda la ciudad.

Está vivo y eso alborota la oscuridad de mi interior. Quiere invadirme por completo para poder matar a Cassian Winchester con mis manos. Por causa de él Z.E.R.O me encontró, asesinaron a mi esposa y me quitaron a mi hijo, ese maldito desgraciado ha estado con vida todo este tiempo y ahora volverá aquí, como si nada hubiera pasado. No pasará, no en mi presencia.

Veo al hombre que tengo frente a mí, tiene el rostro pálido y la mirada perdida. No puedo lidiar con sus crisis y lagunas mentales, necesito a Viktor enfocado en el presente, no necesito a la bestia sin control.

— ¡¡Abre los ojos!! – le grité en la cara. – Este no es Cassian, no es tu puto Cassian, ¿lo entiendes? No lo es y jamás lo será.

¡No puedo lidiar con sus putas crisis mentales!

— Daemon… no puedo con esto.

Sale corriendo. No escucha y va perdido, trató de alcanzarlo pero no puedo. Quisiera comprenderlo, más no puedo hacerlo, para él Cassian fue el supuesto amor de su vida, para mí es una desgracia. Lo sigo a través del gps de la patrulla, maldiciendo por las pendejadas que Cassian ya está haciendo sin siquiera estar aquí, voy a matarlo, en cuanto tenga la primera oportunidad lo voy a matar, es algo que no puede estar con vida.

Llegué a la playa y veo a Viktor entrando al mar, el idiota seguramente se quiere ahogar en su puta misería y lo dejaría, de no ser porque lo necesito me quedaría a ver como se muere. Entré al agua y lo saqué a rastras. Apenas si logra respirar, lo subí a la patrulla y conduzco al hospital. No me puede dejar solo con ese idiota. Me quedo a su lado mientras veo como hacen todo para reanimarlo. Cuando despierta siento ganas de querer patearlo por hacer tremenda idiotez.

—- No me puedes dejar solo con está mierda, Kragel – susurré.

— Cassian está con vida – susurra y veo como una lágrima desciende por su mejilla.

Me parece de lo más hipócrita, sabiendo que al final, él mismo dio la orden de matarlo y ahora parece como si eso nunca hubiera pasado. Que ser tan despreciable, por eso estaba con Cassian.

—- Ese ya no es Cassian, lo sabes bien Viktor – dije mirándolo. – Es obra de Z.E.R.O y tenemos que estar atentos para saber que mierda hicieron.




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