Pólvora y Sangre

Capítulo 5

Cabos sueltos

“Vas a desear nunca haberme conocido…”

Cassian

Entrenamientos, aquí se pone a prueba a todos los novatos y claro, se pondrá a prueba qué tan bueno soy y tengo dos opciones demostrar mi verdadero entrenamiento en Z.E.R.O o tratar de no sobresalir mucho para no llamar más la atención, aunque eso sería imposible, Daemon ya tiene los ojos en mi espalda, de vez en cuando en mi culo, pero ahí está, puedo sentirlo y eso me empieza a causar cierto nerviosismo, en un principio podía sentir cuando me detestaba y su sed de sangre, pero ahora… encuentro algo que conozco demasiado bien, pues en el pasado solo una persona me miraba con tanta hambre y era Kragel.

Salí del vestidor del gimnasio y siento la mirada de todos sobre mí, cuando levanté la vista veo cómo la mayoría me está barriendo con la mirada, no tengo camiseta puesta, por lo qué todos mis tatuajes quedan expuestos, junto con la cicatriz de la explosion. Pasé de largo hasta ponerme al frente, Max tiene la boca abierta y me quiero reír en su cara.

— Nene, qué bueno estás.

— No empiezas con tus malditas cochinadas Maxi – dije mirándolo.

— Te lo digo con el respeto que te tengo, de ser gay, me pondría de rodillas nene.

Ahora sí qué me río y eso atrae más la atención a mí. Suspiré y miré al frente cuando la puerta se abre, la garganta se me seca cuando veo salir a Daemon con uniforme negro y a Kragel con uniforme militar. Recuerdo bien mi entrenamiento con Kragel, así como lo que pasó mientras él usaba ese uniforme, trague saliva y mi vista se va a Daemon. Mi corazón empieza a latir con fuerza, golpeando mi tórax, su oscura mirada se encuentra con la mía, hay un brillo peligroso en sus ojos y de ser cualquier otro hombre en su lugar, probablemente ya estaría desenfundando el arma. Es cómo si me anclara a él, acercando la mano al fuego que sé qué me quemara. Él no aparta la vista de mí y si lo hace sólo es para mirar cada vez más abajo… me obligue a apartar la mirada, me quiere matar, tengo que recordármelo. Aunque cada vez me lo creo menos.

Kragel empieza a dar las órdenes del entrenamiento y al ser Inspector Jefe, tengo que poner el ejemplo así que hago las flexiones, sentadillas y cada cosa que él dice. Cuando tenemos un momento para tomar agua, me retiro de los demás para tomar mi botella y tomar una toalla para secar el sudor de mi cuerpo, siento dos miradas sobre mí, son como flechas que atraviesan mi cuerpo y no tengo siquiera que voltear, sé bien quienes son y no quiero alterar más mi sistema. Enfoco la mirada en otra cosa y eso es Maxi que se acerca a una rubia, una sonrisa tira de mis labios cuando la identificó. Largas piernas, curvas definidas, el cabello rubio trenzado, es una hermosura de mujer y es lo mejor de mi pasado, tal vez lo único bueno. Mi hermana mayor. Me acerqué a ellos y confirme totalmente que era ella y no una ilusión mía.

— Maxi sí te atreves a tocar a baby Hazel yo mismo te arranco la mano.

— Pero nene, no seas celoso.

— No estoy celoso – lo miré. – Vete para allá o haré que hagas el triple de entrenamiento.

Miré a Jade quien tiene una sonrisa de oreja a oreja, doy un vistazo a los demás y veo como todos nos miran, dos rubios sexys es lo mejor del mundo. Jade me mira de pies a cabeza y muerde ligeramente su labio.

— ¿Quieres un balde?

— ¿Qué?

— Para la baba que estás tirando por mí.

— Idiota – me empuja y me reí. – ¿Desde cuándo estás aquí?

— Poco más de una semana ¿y tú?

— Llegué ayer – me sonríe y pasa sus manos por la cicatriz de mi cuello. – ¿Algún día me contarás lo que pasó?

— Créeme, estás mejor sin saberlo – suspiró mirándola.

Jade aparta las manos de mi cuello y aunque veo una pizca de lástima reflejada en sus ojos, se borra cuando me sonríe. El pasado nos separó cuando tomamos caminos diferentes, pero al final ella fue mi oficial a cargo cuando era alumno, pasaron muchas cosas pero ella siempre trataba de defenderme y ahora soy un alto rango y ella sigue aquí, siendo oficial, acaricié su mentón y nos quedamos juntos cuando el entrenamiento empieza de nuevo.

— Veremos que tan buenos son en combate a cuerpo, así que el Comisario y el Inspector Jefe nos lo van a mostrar.

Miré a Daemon que sube al ring, no tengo ni que adivinar que fue él quien pidió esto, un lugar dónde poder atacarme directamente sin levantar sospechas. Subí al ring, nos colocan vendas en las manos, el brillo peligroso en sus ojos me hace creer que esto no será nada limpio y yo no me voy a dejar por él, aquí se sabrá todo.

— Seré gentil contigo kotik – sonríe y eso solo hace brillar más el peligro en sus ojos.

Kragel da la señal y él se acerca a dar los primeros golpes, logra darme dos en las costillas, no siento el dolor como debería sentirlo cualquier persona “normal” si me acercó y actuó cómo el arma que Z.E.R.O creó, de aquí uno sale a la morgue y no quiero que ese rostro sexy se pierda

<Déjame hacerlo…>

Me acerqué y empezamos el verdadero combate, los músculos se me tensan y siento un pitido en los oído pero no me detiene y menos cuando veo la sangre salir del labio de Daemon, él me sonríe cuando pasa su lengua por su labio roto y eso me provoca una sensación que casi me hace jadear, viene a mí y me propina dos golpes en el rostro, tengo que apartarme y empiezo a sentir el hilo de sangre bajar de mi nariz. Este imbécil. No va a parar y menos yo.




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