Pólvora y Sangre

Capítulo 8

Punto débil

“No puedes mantenerte lejos de mí…”

Viktor

Estoy harto.

Estoy llegando a mi límite…

Solo tengo que jalar el gatillo, acabar con esto, matar a Daemon, a Cassian y todos los de Z.E.R.O qué están rondando aquí, acabar de una puta vez con todo esto. Pero no puedo acabar así las cosas, no cuando sé que a ninguno de ellos los dejarán morir, más de una vez me he intentado suicidar y Z.E.R.O de alguna manera me trae con vida. Así que no es la mejor forma de acabar con esto.

No puedo.

No puedo.

No puedo perder a Cassian de nuevo.

¡Maldita sea! He tratado de llevar esto a mi forma, pero el hecho de que Cassian sea un Onix me jode demasiado y más aún cuando sé qué yo lo puse ahí. Yo lo lance ante ellos. Yo le provoque todo esto.

Creí qué lo perdí por completo, estaba tratando de lidiar de nuevo con su muerte, pero ver qué él está vivo y que… verlo me ha removido mucha mierda que tenía guardada. No creo poder más con esto.

— Baja el arma, Vik.

— Quítame el arma – susurré cuando fui consciente de que estaba haciendo y dónde estaba.

Daemon logra quitarme el arma y enseguida me da un puñetazo en la cara. Toda está mierda que creí más que enterrada, está saliendo a flote y no creo poder controlarla más tiempo, sí ocurre lo del pasado, está ciudad quedará reducida a cenizas y está vez tomaré a Cassian y me lo llevaré a la fuerza.

— Mírame a los putos ojos, está parte de ti, esa mierda que se remueve en tu interior, esa oscuridad que está oprimiendo tu pecho, tienes que dejarla salir, lidiar con ella, tienes que hacerla parte de ti. La necesitas.

Si dejo que me consuma de nuevo esa oscuridad, estaré perdido, estaré ultra jodido. Ya perdí muchas cosas por esa oscuridad, no necesito más.

— Primero mi mujer, mis hijos y ahora Cassian… me los jodieron.

— Y lo seguirán jodiendo sí no haces lo que te digo – sentencia Daemon.

— Me pegó un tiro, acabó con esto y ya.

— Pegate un tiro, van a seguir jodiendolo y lo sabes. Z.E.R.O será un paseo en el parque cuando te vayas – suspira y me mira. – Eso que tienes tú, lo tengo yo y yo aprendí a controlarlo. Cassian lo tiene y ha aprendido a controlarlo también. Tienes que ser doble cara, por el día el policía que todos esperan y por la noche el asesino que deseas.

— ¿Qué? ¿Ahora serás la pastillita azul? – lo miré.

— Sabes que yo fui condenado a esas pastillas igual, me hice jodidamente dependiente, yo solo digo que hagas tu maldita parte antes de que arruines todas las putas cosas y todo de nuevo por ese cabrón.

Nos jodieron la puta vida y lo pero es que yo estoy arrastrando a más conmigo. Arrastre a lo único jodido bueno en mi vida y ahora regreso, parece él pero ¿es él?

— Ten en claro cual es tu objetivo.

— Los cabrones que nos pusieron aquí – lo miré un momento. – Quienes me pusieron en este puesto de mierda, quienes no me dejaron rehacer mi vida de nuevo… – me jodieron la oportunidad de estar con Gustabo, de hacer una vida normal, tranquila. – ¿Qué me van a quitar ahora? ¿El puesto? Ruego por que me lo quiten.

— Tal vez no te lo quiten ahora, pero te quieran dañar con otra cosa. Como ponerlo aquí.

— Claro que lo sé – apreté los sueños. – Me están jodiendo poniéndome a Cassian o lo qué queda de él. Es un juego sucio de esos cabrones, porque saben que es mi maldito punto débil.

Ni siquiera mi esposa o mis hijos fueron mi punto débil como lo llegó a ser Cassian. Ese chico risueño y lleno de luz, que terminé por consumir solo por querer teberlo conmigo, a mi puto lado, consumí esa luz, lo consumí a él y terminé destrozandolo cuando Z.E.R.O se lo llevó.

— Yo creo que estás equivocado en eso.

— Claro que no, ¿crees que no lo manipularon? Z.E.R.O estaba creando drogas más fuertes, mucho peores de las que nos pusieron a nosotros.

— No, a eso no me refiero – miré a Daemon que miraba a la nada. – Él no es tu punto débil – suspira y se cruza de brazos. – Puedes vivir cien vidas y nunca merecer a ese chico, no es tu punto débil, es solo un capricho tuyo, un juguete con el que jugaste demasiado y lo botaste a la basura a pero cuando vino alguien y comenzó a jugar con él, te enojaste y ahora reclamas algo que solo usaste para diversión tuya.

Conozco ese tono, esa mirada. Daemon lo quiere para él y eso se me hace algo demasiado jodido incluso para él.

— ¿Y qué? ¿Me vas a decir qué tú sí lo mereces? ¿Crees que no sé que vives con él?

— Yo lo tengo por una razón, ya te digo que a Cassian no le puede pasar nada, Cassian es un puto huevo de oro en algodones – me mira y puedo ver esa oscuridad reflejada en sus ojos. – Soy yo quien lo quiere matar y solo yo puedo hacerlo, él tiene un objetivo aquí y no necesariamente tienes que ser tú. Puede que viniera aquí a convertirse en el mejor, dejar que tú pierdas la cabeza y tomar tu puesto. Pero sea cual sea su objetivo, a Cassian no le puede pasar nada, si alguien le toca un pelo… voy a quemar el mundo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.