Ok, esto no puede ser tan malo, tengo una chica borracha en los asiento traseros, que no sé dónde vive y que por ello la llevaré a mi departamento.
Si le llegase a dar está explicación a mis amigos ya estaría en la cárcel, sé escucha más crepy de lo que es en realidad.
Estando en un semaforo en rojo, a unos minutos de llegar a casa, volteo a ver como está Audrey, no se ha movido ni un poco, está muy sudada de la frente y su boca está algo abierta. Tengo miedo de que cuando despierte olvide por qué está aquí y quiera lanzarse por la ventana del carro.
Todo estará bien, todo estará bien, en cuanto llegue a casa todo irá bien.
Dejo el auto en mi estacionamiento de los departamentos y empiezo a tomar a Audrey con cuidado.
-Audrey, ¡Audrey! -Le digo susurrando.
Ella empieza a hacer ruidos, como si se estuviese quejando y no quiere ayudarme a pararse, cuando intento sentarla ella se vuelve a acostar. Que terca es.
-Audrey por favor, deja que te lleve adentro y podrás dormir tranquila.
Sigue acostada, ni modo, tendré que llevarla cargando. Sacó poco a poco a Audrey hasta que la tengo en mis brazos como si fuese un bebé, que curioso porque en estos instantes lo parece al no poder hacer las cosas por si misma.
Cierro el coche como puedo y entro al edificio. En la recepción está Laura, la señora de cabello rizado extremadamente esponjoso que se encarga de quedarse en la noche junto a Bob, su esposo, el hace guardia en la noche y Laura lo acompaña siempre para que no se sienta solo, además de que se queda a arreglar papeles y cosas así. Ambos están sentados detrás de la barra de la recepción y me ven con ojos muy abiertos al entrar con Audrey en brazos.
-Ay, Dios, Henning ¿qué le hiciste a la pobre muchacha? - me dice Laura.
-Es Henning de quien hablas Laura-sale a mi defensa Bob.
-Oye ¿En serio me crees capaz de hacerle daño a alguien?-Le digo a Laura indignado.
-Pues... no, realmente no-se pasa los dedos por el cabello mostrando una actitud apenada- ¿Qué le ha pasado?
Le cuento toooda la historia de cómo me encontré a Audrey.
-Oh, pobre chica. ¿Se quedará contigo?-dice Bob.
-Sólo hasta que se le pase lo ebria y pueda llamar un taxi.
-Esta bien, es una buena idea, cualquier cosa que necesites puedes llamarme-Laura sonríe y se levanta para ayudarme a picarle a los botones del elevador-. Suerte Henning.
Me dice antes de que cierren las puertas del elevador. Me siento aliviado de contar con algo de apoyo en esta situación, lidiar con una chica ebria no es fácil, y menos si lo haces solo, pero el saber que tengo a dos personas que me pueden ayudar en caso de necesitar ayuda, me reconforta.
Se abren las puertas del elevador y camino hacia mi puerta, me las ingenio para abrir con Audrey aún en mis brazos y entró en la habitación.
Camino directamente al sofá y dejo a Audrey acostada en el, ella vuelve a hacer sonidos de incomodidad y se empieza a mover de un lado a otro.
Será mejor si la dejo ahí hasta que se le pase lo ebria, debería de darle café o algo para comer pero tengo miedo de que lo termine vomitando en la alfombra y yo no limpio vómitos de nadie.
Salgo de la sala y voy al cuarto donde está la lavadora para sacar unas cobijas de un estante que está arriba. No hace frío pero para alguien ebrio seguramente lo es.
Yo también tomo pero jamás he quedado en el estado en el que está Audrey así que no se realmente como cuidar a alguien ebrio.
Cuando vuelvo a la sala me paro en seco al ver que Audrey no está en el sillón, miro a todos lados pero no la veo, volteo a la puerta de la entrada para comprobar que no ha salido y afortunadamente aún sigue cerrada y con el seguro puesto.
-¿Audrey? -pregunto al aire esperando una respuesta.
Escucho un quejido desde mi habitación y al entrar a ella veo a Audrey acostada en mi cama.
Vaya, muy ebria para decirme su dirección pero no tanto como para buscar una cama para dormir.
Quizá aún está algo despierta y puede darme su dirección para llamar un taxi.
Me acerco a ella despacio y le sacudo el brazo, tratando de que me de alguna señal de que sigue con vida. Ella hace otro sonido.
-Audrey, soy Henning, ammn, estás en mi casa, bueno, más bien, departamento-vuelvo a darle explicaciones de por qué está aquí, aún sabiendo que no me responderá-... En serio necesito tu dirección, así llamaré un taxi y podrás irte a casa, o donde sea que te estés quedando.
Sin respuestas, Audrey sólo quiere dormir y no me responde nada, no está nada consiente de que está pasando y no quiero que se sienta insegura al despertar en un lugar que no conoce.
Resignado, rodeo la cama y me siento en ella, suerte que mi cama es gigante, así que Audrey está bastante separada de mi.
Ya no sé que hacer, me siento muy cansado, no planee para nada el que Audrey se quedará aquí, en mi habitación, en mi departamento.
Extiendo la cobija que aún tengo en las manos y cubro a Audrey. Ella agarra la cobija y se curruca dándome la espalda.
Me acuesto en mi cama pensando en todo lo que ocurrió en la noche, sé que las cosas no salen a veces como tu quieres, pero esto fue demasiado lejos.
La habitación está completamente obscura.
-Audrey, eres un desastre ¿sabes?- le digo mirando al techo, no lo digo de mala gana, lo digo más bien cansado, más bien para recordarselo.
Muero por sólo dormir y que ya amanezca para que todo este drama termine, porque se que Audrey no despertará hasta mañana.