Capitulo diez

-Esto no me puede estar pasando…-me repito una y otra vez.

     Estas cosas solo pasan en películas ¿cierto?

     Y lo más triste es que no recuerdo nada. Solo logro recordar cuando encontré a Jem… ¡Carajo!

     ¡JEM!

     Ahora si vomito.

     Estoy casi desnudo, estuve durmiendo con un desconocido, no sé dónde está Jem y encima no recuerdo nada. Bien Daisy, te mereces el premio por la persona más torpe que hay.

     Estoy que me arranco el cabello por la frustración.

     ¿Pero qué carajos hice anoche?

      Tratando de calmarme un poco para que mi cabeza no reviente más de lo que esta me fijo que el sujeto que duerme plácidamente se empieza a mover.

     ¡Ay Dios mío! ¿Qué hago?

     ¿Corro? No, eso sería muy tonto además no localizo mi vestido.

     ¿Grito? No, sería estúpido de mi parte. No conozco donde estoy y con qué personas me encuentro.

     ¿Lo golpe? No, no, nooooooo…

     Joder, que alguien me ilumine.

-Coño…-lo oigo protestar y cuando se voltea mi boca podría tocar el piso de la gran O que hago- ¿podrías cerrar la puta cortina?

     Es el chico de anoche, el mismo que me salvo de dame contra el piso.

     Me lo quedo mirando fijamente y siento mi boca seca. ¿Cómo es que llegue a estar en la misma cama con él?

-¿Qué…-digo pero no logro articular más.

     Este también mirándome entiende el momento en el que estoy pasando o eso creo yo, en fin. Este se levanta dejándome más estupefacta.

     Solo trae encima un bóxer, nada más.

     Madre mía…

-Hey-agita su mano en mi cara y con gesto serio articula-: ¿hablaras o seguirás comiéndome con la mirada?

     ¿Cómo…?