Diecinueve

 Escaparíamos con él bebe poco antes de dar a luz, ya teníamos algo de dinero guardado de algunos trabajos, él podía trabajar fuera de ese lugar pues ya estaba próximo a cumplir la mayoría de edad.

Nos iríamos de la ciudad y nadie nos volvería a encontrar, ahora no solo éramos dos, éramos tres contra el mundo.

Todo estaba organizado.

 Ya sabía que era una niña y a simple vista se encontraba sana, Nicolas no se cansaba de repetirme el típico, te lo dije, cada vez que tenía oportunidad. Se tenía una fecha aproximada para su nacimiento y hasta un nombre puesto por sus padres sustitutos, nombre que, por supuesto no usaría, pero mi parte malvada disfrutaba de verlos soñar con lo que nunca tendrían.

El alumbramiento se previa que fuera prematuro por ser embarazo primerizo, además, se realizaría una cesárea pues mi cuerpo no estaba preparado para un parto natural, pero no se esperaba que tanto, una semana antes de fugarnos mientras me encontraba compartiendo la cena con mis compañeros en el comedor, rompí fuente, había sentido algunas molestias a lo largo de esos días, pero como aún faltaba para la fecha prevista no pensé que se tratara de eso

—¡Manuela se orino!

Grito alguien que se encontraba frente a mi y a quien aquel charco de “pis” había mojado los zapatos

. El escándalo que se formo fue monumental, todos iban de un lado a otro, unos intrigados y el resto totalmente asqueados.

Ya era demasiado extraño que me dejaran convivir con mis demás; Pero eso fue algo que ninguno espero ver.

Nicolas que prácticamente no se separaba de mi junto a una de las cocineras me ayudaron a levantar, pero con cada movimiento sentía que el vientre se me partiría en dos, sentía mucho dolor.