Por culpa de un instante (completa)

55. La pareja perfecta

Stacy y Bruno se despiden de nosotros y cruzan la entrada al gran salón del colegio. Tadeo pretende continuar el camino hacia la fiesta, pero lo detengo sujetando su brazo. Se gira extrañado.

—¿Aún no estás lista para entrar?

Niego despacio con la cabeza y me hago a un lado para que no me choquen los compañeros que van ingresando con sus parejas. Él se recuesta contra una columna, a mi lado.

—Está bien, esperaremos a que lo estés.

Me observo en el reflejo plateado de la diminuta cartera que me prestó Stacy para combinar con mis zapatos. Me veo borrosa y mis facciones no se distinguen.

—¿Estás seguro de que me veo bien?

Él me muestra una sonrisa al tiempo en que rueda los ojos con gracia.

—Brenda, te ves hermosa. Ya te lo dije —asegura—. De hecho, te ves tan linda que estoy considerando cambiar mis preferencias.

Me saca una sonrisa tímida y me ayuda a levantar un poco mi espíritu, que está por el suelo desde mi pelea con Lucas.

Estos días que pasé lejos de él me sirvieron para darme cuenta de algunas cosas. Lucas me hace sentir demasiado, cada vez que estamos juntos.

Amor, emoción, ternura, alegría…

De igual manera, también me produce algunos sentimientos negativos. Los cuales pude ir identificando con mayor claridad.

Debilidad, Inseguridad…

Dejar de hablar con él, alejarme, me permitió entender por qué siento esto. Me siento débil, porque me enamoré de un chico al que debía detestar. Y fue esa debilidad la que me hizo tomar malas decisiones. Decidí esconder lo nuestro, usando todas las excusas posibles, cuando lo que en verdad tenía era miedo. Miedo a admitir delante de todos lo que siento por él.

Decidí dejar que Samantha interfiera en nuestra relación, por no ser capaz de levantar la voz y decirle al mundo entero que lo quiero. Y eso me produjo el otro sentimiento… inseguridad. Por tener que callarnos y esconder lo que sentimos, como si ella fuera la novia oficial y yo... la otra.

Y Lucas también se equivocó, al no darme mi lugar y permitir que Samantha haga creer a todos que ellos son novios.

Los dos deberíamos haber priorizado nuestra relación. Porque, tengo que reconocerlo, yo tampoco lo hice.

Suelto un suspiro. Me preocupa pensar que lo veré con ella. Pero me armo de valor y le muestro a mi amigo una mirada decidida. Él me entiende al instante y entramos al gran salón.

La profesora guía está dando un discurso, sobre el escenario que se ha preparado tras la que será la pista de baile. Inmensas telas cuelgan a sus espaldas y varios globos de colores dorados y blancos decoran los costados.

No veo a Lucas por ningún lado, pero a Samantha sí. Lo que me da a entender que él también ha llegado.

A la profesora la suceden el mejor egresado y los alumnos destacados, uno por uno. El tiempo pasa, pero no hay rastros de mi novio. Nadie más está escuchando una sola palabra de los discursos. El ambiente se ha relajado y todos comparten charlas en voces cada vez más altas.

Minutos después, veo a Lucas cruzar la entrada de forma apresurada. No me ve y me pregunto si debería ir a hablar con él. No sé qué hacer. Sé que debemos arreglarnos, que ya no podemos seguir así. Sin embargo, el dolor es fuerte aún. No puedo evitar seguir sintiéndome desplazada.

Lo veo girar la cabeza a cada lado del salón, observando con curiosidad entre la gente.

¿Me está buscando? ¿Acaso él también quiere que nos arreglemos?

Me fijo en la puerta del baño de damas, a un costado. Me disculpo con Tadeo e ingreso. Me encierro en uno de los cubículos y comienzo a meditar si debería ir a buscarlo o esperar a que él venga a mí. Escucho la puerta abrirse y por un segundo dudo si podría ser él, hasta que se oyen voces de mujeres.

—¿Viste a Lucas Urriaga? ¡Qué bombón! Esos ojos, esos brazos y su sexy sonrisa. ¡Me lo comería entero!

—¡Yo también! —afirma otra, logrando algunas risas.

—¡Y yo! ¡Maldigo a Samantha por poder besar esa boca! —Asegura alguien más, a quien reconozco como Susana, la chica que se sentaba a mi lado en el curso.

Se nota que están entre tres o cuatro personas. Me quedo estática y prefiero no salir, para escucharlas. Aunque me empieza a molestar demasiado.

—Pero… ¿en verdad creen que están juntos de nuevo? —otra voz se une a la conversación—. ¿Acaso no se decía que él tenía algo con la loca?



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En el texto hay: juvenil, romance, amor odio

Editado: 24.02.2019

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