¡por dios Carolina!

Capitulo 9

— Hija, hija dime querida que ha pasado, le habías dicho a Pedro no viniera a dejarte y aquí estás, ¿te ha pillado? yo te dije que tuvieras cuidado, ¿por qué nunca me escuchas? no sé en qué estabas pensando cuando decidiste juntarte con ese hombre, no te voy a negar que está como quiere, pero así nunca encontrarás marido.

— mamá, relájate me estás mareando— le digo para que deje de atacarme con preguntas que no quiero responder, por supuesto no le diré nada de lo que ha pasado. — solo me caí cuando baje del auto, todo bien, hice el tramite y me trajo a casa para descansar, eso es todo, nada de qué alarmarse.

— ¿no te juntaste entonces con el doctor guapo?— dice sorprendida de que no lo haya hecho.

— ¡uff! —Un suspiro sale sin querer — no mamá no me he juntado con el doctor guapo, y perdona que te diga pero puedes dejarme sola, estoy muy cansada y solo quiero dormir— y llorar pensé entre mí, sin dejas salir aquellas palabras que la preocuparían aún más.

Y tal como le dije, mi madre se fue, me dejó sola y pude sacar todo el llanto que pude, todo aquello por lo que me aguante tanto rato salió, sin saber ni a qué hora entre en un largo sueño.

— Carolina, Carolina por favor escúchame, tienes que escuchar lo que tengo que decirte.— me gritaba Rafael a lo lejos mientras yo corría para alejarme de él, sus palabras cada vez me dolían más y por más que quisiera huir de él las piernas me pesaban al punto de no poder avanzar, me sentía cansada y frustrada de no poder alejarme de él, la pena me invadía el alma, estaba inquieta y atemorizada por la presencia de aquel hombre, poco a poco se va abriendo su piel desde la cabeza hacia abajo dejando salir un hombre grande y fuerte de piel roja, barba y cuernos gigantes por lo que  la piel de Rafael  y su ropa quedan en el suelo dando paso a un demonio que flota para estar cada vez más cerca, su risa me asusta es fuerte y oscura, yo trato de correr pero él me atrae sin que pueda evitarlo, y solo me queda gritar por ayuda, y en ese momento aparece Pedro, pero lo es el más bien es un hombre bajo, risueño, me dice que no tenga miedo, que todo estará bien el me protegerá. Y dejó de tratar de zafarme, el demonio que antes fue Rafael se va, dice que volverá por mí que no me dejará hasta verme destruida y yo me abrazo a Pedro feliz pero aún asustada

— Carolina, tranquila todo está bien, yo estoy aquí, no te pasará nada, despierta estás soñando.

Cuando despierto está Pedro tratando de despertarme y diciendo que no me asusté que el estará conmigo, es ahí cuando vuelvo a la realidad y me aferró a él para comprobar que todo fue un sueño.

— Fue horrible — le digo abrazada de él y tratando de despertar por completo.

— lo sé tranquila solo relájate que ya estoy aquí

— no sabía que vendrías, no me avisaste.

— pasé un rato a ver cómo estás y tu madre me dijo que desde que llegaste no habías bajado así que subí a ver si estabas bien.

—ahora que estás aquí, estoy mejor aunque ¡Uff! Tengo un hambre que ni te cuento— veo la hora y claro, eran las 12 de la noche, no había comido nada desde el almuerzo.

— bueno iré a buscarte algo tú quédate aquí.

— gracias— y lo miró con pura cara de amor a lo que él no pierde el tiempo y me besa, suave saliendo de inmediato por comida para mí, creo que me gane la lotería con él definitivamente.

— Aquí tienes— me dice cuando regresa con un sándwich y un vaso de jugo en una bandeja.

— ¿Pedro, te puedes quedar conmigo hoy? — ruego que me diga que sí por qué me da un miedo horrible volver a dormir.

— bueno ya que tú me lo pides no me haré de rogar, para que no te arrepientas después— me dice muy coqueto y besándome otra vez.

Así como voy con la pierna, si no es un golpe es un caída, lo más probable es que me dejen la bota más tiempo.

Pasan las dos semanas muy tranquilas , Pedro va a verme muy seguido y hay veces en las que se queda conmigo, mis padres no dicen nada, aunque encuentro que todo esto es muy rápido, me hace sentir mucho más segura.

Rafael no ha vuelto a llamar, de wsp lo bloquee y he borrado su número, así que con esto espero que sea suficiente para que me deje en paz.

El día lunes llega y con eso mi hora al médico para ver si ya me pueden sacar esta maldita bota,

— Doctor por favor dígame qué ya me puede sacar esta bota y seguir con mi vida normal. — le digo al médico inmediatamente al sentarme



#43593 en Novela romántica
#11640 en Joven Adulto

En el texto hay: humor, obsesion, passión

Editado: 05.09.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.