Capítulo 11

— ¿Por qué el querría protegerte de mí?— su pregunta fue tan... Sincera, como si realmente el no supiera el por qué Pedro quería protegerme tanto, a tal punto que llegar sin querer a hacer me daño el mismo.
— ¡uuf! El dice que tú me drogaste, yo no sé por qué estoy ahora hablando contigo—confieso algo nerviosa — si abusaste de mi, y si no te he denunciado hasta ahora es por qué algo me dice que no es cierto, pero ese día yo amanecí desnuda en la cama de alguien y creo que fue en la tuya.
— su, sonrisa por raro que parezca hace que me sienta calmada, de alguna manera me relaja.
— ¿quieres que te cuente qué pasó esa noche?
— por supuesto que sí.

— bueno, esa noche yo estaba en la barra tomándome un trago después del trabajo, no tenía nada planeado, solo tomar una cerveza, relajarme y volver a casa, cuando voltee hacia el lado, tú discutías con alguien ese alguien era Pedro, supuse que era tu novio, pero tú le decías que no querías ir con él, que querías ahogar tus penas, no sé cómo llegaste ahí. Tú solo llorabas, no pude evitar seguir viendo hasta que ese tipo puso algo en tu bebida y tú sin percatarte comenzaste a beberla, el sujeto te decía que lo siguieras por qué el haría que dejaras de estar triste. Pero él se descuido, fue un momento al baño y fue ahí cuando yo me acerque a ti, te dije que afuera te buscaban, comenzaste a coquetear conmigo y salimos. Bueno me decías que yo era muy guapo y que ya no tenías novio, por supuesto estabas borracha, te lleve a mi departamento, y cuando llegamos allá, empezaste a desvestirte te veías tan vulnerable y hermosa al mismo tiempo, te dije que esa noche no haríamos nada que a la mañana siguiente hablaríamos, comenzaste y llorar y luego te desmayaste. Yo solo te acosté en mi cama y te deje dormir, por la mañana me levanté y fui a comprar cosas para la resaca que tendrías y algo para comer, pero cuando iba llegando al edificio, Vi que ibas corriendo despavorida con la ropa puesta a medias, ni siquiera me dijiste cuál era tu nombre. Cuando te Vi en el hospital no podía creer que fueras tú y yo mismo pedí atenderte, cuando tus padres llegaron Vi que no estaba sola y pude estar más tranquilo, ellos te aman infinitamente ¿lo sabías?
— no podía volver a la realidad con todo lo que Rafael me contaba, ¿quién está mintiendo?, ¿cómo puede ser que coincidiera con los dos el mismo día?
Era algo irreal.
— no sé a quién creerle la verdad, el me dijo que ese día el estaba con su pareja observando cómo querías que me fuera contigo, que vio como tú me echaste algo en el vaso y cuando el fue al baño para luego sacarme de ahí, ya nos habíamos ido.
Estoy tan confundida, que la cabeza me explotará. Me convenció que tú al ser médico tenías más posibilidades de conseguir esas cosas. Y yo le creí todo.
— no sé qué pretende ese hombre contigo pero por favor ten cuidado.
— el está siempre muy pendiente de mi, y la verdad que desde que me vio contigo en el café me ha estado siguiendo, me vigila todo el día y lo más probable es que en este momento este esperando a que salgas no sé qué creer, en ¿quién confiar? ¿Qué hago? — digo realmente confundida.
— descúbrelo, averigua que busca, que es lo que quiere y por qué hace todo esto, yo tratare de estar ahí todo lo que pueda— me dice tranquilizándome tocando mis manos, dándome apoyo y esa sensación vuelve a mí, esa de sentirme completa, eso que deje de sentir cuando él me atendió en la clínica. Cuando deje de verlo.
— pero ¿qué debo hacer? ¿Cómo puedo averiguarlo? ¿Tendré que seguir con él Y hacer como que no pasa nada? Esto perece cada vez más complicado. — admito sintiendo que me explotará la cabeza de tanto pensar, ¿Cómo es que mi vida paso de ser normal y fome a esto?
— ahora debo irme, te apuntaré mi teléfono de nuevo por qué imagino que lo eliminaste y cualquier cosa que necesites solo llámame y yo estaré ahí ¿está bien?
— sí, pero no te niego que me siento perdida— le digo con el pánico comenzando a apoderarse de mí.
Nos miramos fijamente no pude seguir fingiendo más. Y se me viene una idea a la cabeza.
—sígueme pero disimuladamente.
— me levanto en silencio y me meto a una oficina vacía que hay justo al lado de la de Samantha.
— que pasa, ¿por qué me traes aquí?
Y justo en ese momento los dos sabemos perfectamente por qué estamos ahí, y sin perder ni un segundo más nos fundimos en un beso del que ambos por mucho tiempo soñamos, fue puro fuego desde el momento en que entramos en esa habitación, jamás en mi vida sentí tanto calor emanando desde lo más profundo de mi, ese beso nos hizo olvidarlo todo, solo él y yo. El miedo, el asco que sentía hacia Pedro, en ese momento no recordé absolutamente nada, el comenzó a tocar cada parte de mi, y yo simplemente jadee de puro placer, pero toda esa pasión contenida tuvo que detenerse ya que un golpe en la puerta arruinó el perfecto momento que estábamos viviendo y por primera vez desde que la conozco maldigo que aparezca.
— Carolina, no te hagas la tonta se vi entrar— me dice Irene al otro lado de la puerta, nos arreglamos la ropa para poder abrir la puerta, cuando está listos aspiro aire profundo y abro.
— Irene pasa, — ella al ver a Rafael ahí se va directo a atacarlo como una fiera defendiendo a su cría.
— tú maldito bastardo desgraciado, ¿qué le has hecho a mi amiga he?— le dice golpeándolo en el pecho con la palma de las manos como toda una lady, al ver su reacción no puedo más que reír, como quiero a esta mujer.
— Irene tranquilízate, te lo contaré, pero ahora necesito que me ayudes a que el salga de aquí sin que Pedro sospeche que he visto a Rafael.
— y ahora además lo tengo que ayudar, ¿qué pasa?
— te lo explicaré te lo prometo— le comento para que se calme y pueda ayudarme. — necesito que vayas con Rafael a la puerta y lo despidas como si tú fueras su contadora y además busques el taxi de Pedro de reojo ¿Comprendes?
— ¿por qué tengo que hacer eso?
— por qué lo más probable es que Pedro este afuera vigilándome.