¡por dios Carolina!

Capítulo 14

— Magdalena, qué gusto verla nuevamente — saluda cordialmente. — ¿Carolina qué tal estás? Pasen. — noto ligeramente como Rafael coloca sutilmente su mano en mi espalda baja, invitándonos a entrar, el hormigueo que siento con ese contacto es indescriptible.
— Yo también entraré — dice Pedro un tanto irritado y con Rafael nos quedamos mirando, el plan va bien al parecer o al menos eso me hace creer.
— dígame Magdalena, que la traer por aquí, de acuerdo a los exámenes de rutina que le tomaron previamente, su presión está bien su glicemia también.— le pregunta mientras Pedro y yo nos sentamos en un sillón un poco apartado en su consulta, en un acto de posesividad el toma mi mano y entrelaza nuestros dedos.
— bueno, la verdad es que yo creo que Carolina está exagerando, no sé aún por qué se preocupa tanto, me he sentido un poco cansada últimamente y eso hace que haga o camine más lento.
— Si vemos hacia atrás ¿puede hacer memoria desde cuándo se siente así?— pregunta mientas toma notas de lo que mamá le dice, es tan... Interesante y atractivo no puedo evitar ver esos labios que hace unos minutos me besaba como si no hubiera mañana.
— buenos si comienzo a hacer memoria aproximadamente unas 2 semanas, lo asocie al estrés del accidente de Carolina, pero ella está bien y yo sigo cansada.
— ¿siente fatiga, dolor de cabeza o problemas para dormir?
— si, además hace unos días también me duele un poco los músculos.
— ¿dolor de garganta?
— si también, empecé a tomar unos remedios para la gripe, aunque la verdad es que no me hacen nada.
— miré Magdalena podría ser agotamiento muscular, Carolina— hace gestos con sus manos para que me acerque, una vez con ellos continua—le voy a mandar a hacer unos exámenes y le podría mandar los resultados a Carolina para que no tengan que venir otra vez solo a leer los exámenes ¿Qué le parece? — dice mirándome y desnudándome con la mirada, yo por mi parte sonrió y miro a Pedro.
— Sería todo por hoy— dice escribiendo la orden y pasándole a mi madre el papel,
— mamá puedes salir muestras yo le doy mi correo a Rafael.

— Si claro mija, iré al baño mientras tanto.

Los nervios ya me comen, Pedro no salió de la sala, aunque claro que no esperaba que lo hiciera, estando completamente solos se acerca a nosotros, o más bien dicho a Rafael.

— no quiero que vuelvas a tocar a mi mujer en tu vida ¿me oyes? — dice tomando a Rafael desde los bordes de su cotona, no esperaba que su reacción fuera tan instantánea, pensé que se mordería la boca y echaría bronca por varios días, pero nada más.

— ¿por qué no quieres que este cerca de ella? — pregunta desafiante, mirándolo directo a los ojos pero el sin defenderse, yo me quedo ahí helada sin saber qué hacer con esos dos hombres discutiendo por mí, aunque muchas digan que es muy sexy que dos hombres peleen por una mujer, tendrían que estar en los zapatos de esa dama, en este caso yo mismita, es HORRIBLE.

— solo no te quiero cerca de ella, ¿comprendes?

— eso es algo que tiene que decidir ella, después que le diga lo que tengo que decirle, o tú piensas que me quedare de brazos cruzados.

— carolina, vamos, no volverás donde este sujeto; si quieres que tu madre se atienda con el bien, no puedo obligarla, pero no volverás a verlo ¿me oyes? — y sin más suelta a Rafael y me toma del brazo, al salir de la consulta hace como si no hubiera pasado nada y yo sin poder siquiera dar un paso de lo aterrada que estoy, simplemente voy donde él me indique,

— hija que paso, ¿te encuentras bien? — Pregunta mi madre asustada — estas muy blanca ¿que paso Pedro?

— no lo sé magdalena, creo que ha tenido un mareo ahora mismo la llevaba al baño.

— No, no hace falta ya me siento mejor — reacciono a tiempo, solo quiero salir de ahí.

— bueno entonces vamos a casa. — confirma mi madre.

— no, yo debo ir al trabajo. — digo en vano por que se que Pedro así como esta de alterado no me dejara salir de casa.

— por supuesto que no iras — la que habla esta vez es mi madre, se ha preocupado. — no vaya a ser que estés embarazada.

— no lo creo mama. — confirmo para que no se haga falsas ilucciones.

— no se hable mas Pedro llévanos a casa por favor.

— si por supuesto magdalena faltaba más.

Aún no llego a mi casa y ya siento que estoy encarcelada, creo que esta situación no da para más, yo no puedo seguir con una persona tan violenta a mi lado, el no es para mí. Antes era todo tan lindo ahora solo son celos, escándalos y peleas. Yo no tengo la fuerza para seguir con esto.



#43551 en Novela romántica
#11634 en Joven Adulto

En el texto hay: humor, obsesion, passión

Editado: 05.09.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.