Capítulo V:
Presente.
Tomé la blusa verde que había colocado sobre la cama, la pasé sobre mi cabeza para colocármela y finalmente me senté en una silla para colocarme las sandalias que había escogido.
El espejo estaba a unos metros de mí, justo al frente. Me coloqué derecha y observé mi reflejo, todo lo que veía era una chica triste y lastimada que intentaba sonreír y disimular pero no podía.
Me estaba frustrando a mi misma, estaba cansaba de verme así, de sentirme así. ¿Por qué no podía simplemente aceptar lo que sucedió? ¿Por qué no podía dejar ir a Arick de una vez?
—¡Sky! ¡Apresúrate! ¡Mamá dice que ya están llegando los invitados! —Jock tocó la puerta con desesperación y no pude evitar dar un salto en la silla.
—¡No toques la puerta de esa forma! —regañé enojada.
—¡Muévete! — repitió la acción y lo escuché riéndose a medida que se alejaba.
Pasé una mano por mi rostro intentando relajarme, tenía que ocupar mi mente, eso era todo, debía pensar en que era el cumpleaños de la pequeña Sunny y nada más. Estábamos allí para celebrar su segundo cumpleaños.
Salí de la habitación inmediatamente y bajé las escaleras, todo estaba decorado en colores vivos y alegres: Verde, fucsia, naranja y amarillo, atinando al estilo Hawaiano de la película infantil Moana.
Sunny corrió hasta mi a penas bajé el último escalón, ella estaba disfrazada de la protagonista de tal película y se veía completamente tierna, ella tenía la piel blanca y el cabello negro azabache lo cual era diferente a la chica que se suponía que imitaba, pero tenía unas mejillas redonditas y rojas que la hacían más hermosa de lo que era.
—¡Isqui! —exclamó abriendo sus brazos, aún no pronunciaba mi nombre correctamente.
—¡Oh, mi hermosa princesa! ¡Ahora eres Moana! —dije entusiasmada mientras la tomaba por las costillas y la cargaba.
—Moana no, Sohi — hizo una mueca mientras abría las manos como si estuviese diciendo algo obvio.
Reí ante eso, era demasiado tierno.
—Cierto, cierto — le di un beso en la mejilla—, eres Sunny, la niña más hermosa.
—¡Sky! ¡Trae a Sunny! — llamó mi madre desde la sala de la casa.
La niña en mis brazos abrió la boca y los ojos sorprendida y yo le devolví el gesto.
—¡Nos llaman! —le dije y ella asintió.
La llevé cargada hasta el centro del lugar y entonces unas niñas de su edad se hicieron visibles.
—¡Bonnie! ¡Jojo! —exclamó Sunny en mis brazos removiéndose para que la bajase.
Una vez que estuvo en el suelo, las niñas se abalanzaron sobre ella y la abrazaron. Todos los presentes dejamos salir un respectivo "Oh" ante la escena. Todas estaban vestidas con sus faldas Hawaianas y collares de flores que las hacían lucir más que curiosas.
—¡Feliz cumpleaños, Sunny! —dijo la madre de una de las niñas.
—¡Feliz cumpleaños, bebé! —habló la otra.
Ambas madres se agacharon y la abrazaron, seguido, les dieron el regalo a sus hijas para que estas se lo dieran a Sunny.
Ella hizo su típica expresión asombrada, sus ojos y boca abiertos a todo lo que podían nos miraron a todas una por una, me daba mucha risa cuando lo hacía, se veía tan pequeña y exagerada que no podía evitar pensar que era algo de familia.
—¿Cómo se dice? —preguntó nuestra madre.
—¡Achias! —Respondió Sunny.
Me agaché a su lado a medida que las madres se levantaron.
—Ven, dame los regalos y los colocaré en la cesta, más tardes los abrirás todos, ¿está bien? —pregunté suavemente y con una sonrisa exagerada.
Ella sonrió y me los entregó de inmediato.
—¡Vamos a jugar! —exclamó Bonnie, era la más grande de ellas, tenía cuatro años.
Las dos pequeñas no se resistieron, inmediatamente salieron corriendo tomadas de las manos.
—Es increíble lo rápido que crecen —dijo una de ellas.
—Dímelo a mí —respondió mi madre—, ni siquiera noté cuando Sky pasó de estar de ese tamaño a este —Colocó una mano sobre mi hombro.
—Claro que no te diste cuenta —reí animada—, ¡cada año tenías un nuevo bebé!
Todas rieron notablemente.
—Te ves hermosa cuando ríes así —dijo otra.
Sentí una punzada en el pecho e intenté no dejar de sonreír, sabía que se refería a mi constante tristeza los últimos meses.
—Bueno — rompió la tensión la otra—, Sunny es idéntica a ti, Sky, es más, parece como si hubiesen reciclado el molde, el mismo cabello negro, la piel blanca y esos ojazos.