Las chicas Powell

-Cassy, amor, despierta- escucho la voz lejana de Alphonso, ¿Alphonso?

-Te quedaste-murmuré abriendo los ojos, Alphonso sonrió y dejó un beso sobre mis labios

-¿Tenía que ayudar a mi novia no es así?-Volvió a besarme, sonreí, lo de ayer fue sólo un impulso, el no quiso hacerlo de verdad, estoy segura

-Son las seis y cuarenta-dice mirando su reloj de muñeca- Tienes que estar allá a las ocho ¿verdad?-

Asiento, la sonrisa no se me va, me gusta que esté de buen humor, me levanto de la cama con Alphonso a mi lado, volteo a verlo cuando me topo con cuatro maletas en la puerta de mi armario, Alphonso me abraza por detrás y besa repetidamente mi mejilla

-Me tomé la libertad de hacer tus maletas ¿Te molesta?-

-Oh no, para nada-acaricio su mejilla y me suelto de su abrazo-Entraré a darme un baño-Alphonso asiente y sale de la habitación, voy al baño y me doy una ducha rápida, salgo de la bañera mientras me voy secando el cabello con una toalla es lo bueno de tener el cabello corto, lo malo es tenerlo rizo, esa es otra historia

Enrollada en una toalla más grande voy hacia los gabinetes donde pongo los productos para el cabello, pero todo estaba vacío, Alponso debió meterlo todo, salgo del baño y abro una de las maletas, que por suerte es la que contiene las cosas de aseo personal

Saqué el acondicionador, el hidratante y un cepillo, me puse mi ropa interior y me senté en el tocador, dejo mi pelo libre, que de seque al aire con el acondicionador y la mascarilla puestas, recojo dos mechones de adelante con dos ganchos para tener completa vision frontal

Me miró en el espejo de cuerpo completo, tengo la ropa que Alphonso- dejó fuera de las maletas, junto con todos mis shorts y faldas que de por sí, no me ponía; llevo puesto un suéter azul holgado con unos jeans oscuros, por lo menos es algo adecuado

-¡Alphonso! ¿Me ayudas?-Le grito desde la puerta, sólo recibo un "Espera" por parte de el, cojo mi teléfono y miro la hora 7:31

Jalo la tres maletas como puedo, llego a la sala y lo veo hablando animadamente por el teléfono recostado en uno de los sofá

-No vemos, sin dudas estaré allí, ponte algo bonito, si, adiós- Colgó y se acercó a mi para abrazarme, pero me moví antes que lo hiciera, manteniendo mi postura firme, desafiante

"Ponte algo bonito" sus palabras retumbaban en mi cabeza ¿Con quién estaba hablando? ¿Qué tanta confianza tendrá con el o ella? ¿Es una chica? ¿Me estará? No Casandra, el te ama ¿verdad?

-¿Con quién estabas hablando?- Pregunté con nerviosismo, Alponso chispió la lengua y cogió las maletas ignorándome por completo

-¿Quién era Alphonso?- Es la primera vez que lo encaro o me resisto a una orden suya, Alphonso me miro con diversión ¿Qué es lo que le divierte? ¿Qué diablos le divierte?

-¿Vas a empezar con tus celos? ¿Crees que tengo a otra mujer en mi vida? Por favor ¿Se te ha olvidado que te amo?-dice burlón bajando las maletas, me quedo pasmada en la puerta, Alphonso vuelve y se detiene frente a mí

-Dime ¿Vas a seguir con tus malditos celos?-El tono divertido de su voz desaparecio, me miro desafiante, bastante enojado; con el tiempo he aprendido, que esa es la señal para cerrar el pico y callarme la boca

-No-Bajo la cabeza, al momento Alphonso besa mi cabello y y sube mi barbilla, mis ojos estaban llenos de lágrimas

-En mi vida te sería infiel Cassy-dice limpiando mi lloro-Te amo más que a mi vida, y hago todo esto-Dice señalando la marca en mi cuello que me había dejado días atrás-Porque te amo, porque te amo con locura ¿Si?-

Sorbo mi nariz

-Pero, a veces me duele, mucho...-quito su mano de la herida, mirando hacia otro lado, sentí como acomodó mi cuello de tortuga y suspiró

-Solo tienes que acostumbrarte-lo volví a mirar y asentí, bajé las escaleras

-Tenemos que irnos-Dije al final de las escaleras, asintió y bajó hasta quedar a la par mía, él entró en el copiloto y yo un asiento de atrás

Como siempre el puso su música y empezó a cantar, yo sólo me limité a mirar por la ventana,  Alphonso aparcó el auto, salimos, el con las maletas y yo con mi bolso, la casa es bastante bonita, gritaba dinero por todas partes, con dos garajes y dos pisos, columnas por aquí, columnas por allá, realmente es una casa hermosa

Llegamos a la puerta casa, desde fuera se escuchaban algunos gritos que supongo que era de la familia Powell, nos miramos

-Creo que me iré, será lo mejor-Asiento sin decir nada, Alphonso deja un beso en mis labios y se va dentro del auto

Me vuelvo hacia la puerta y toco el timbre

Markus Powell

-¡Melody, Mady! ¡Se van a ensuciar!-Mis gemelas hicieron caso omiso a mis palabras y siguieron corriendo por la casa, me paso la mano por la cara y termino de peinar a Lizzie

-¿Tu si te quedarás quieta verdad?-Pongo el lazo lila en su cabello con mucho cuidado, un movimiento en falso y tendré que empezar de nuevo lo digo por experiencia

-Si, papá-Lizzie sonríe, lo que me hace sonreir a mí, me levanto de la silla, pero Lizzie me vuelve a sentar, la miro confundido, ella sólo coje uno de los cepillos que antes estaba sobre la encimera al lado de la "caja de accesorios para el cabello" -Bautizado por Mady-

-Toca peinarte a ti papá-Y con eso untó crema en sus manos y la paso por mi cabello, río ante la concentración que tiene mi hija, sacando su pequeña lengua por un costado de su boca, Lizzie hace que le de la espalda, por lo que veo coje una goma y me amarra el cabello en una coleta

A mis hijas les encanta que tenga el cabello largo, una vez les dije que me iba a rapar y casi me matan, me dieron un sermón, peor que el que les doy cuando hacen alguna cosa mala

Lizzie coje un lazo morado y lo pone en alguna parte de mi cabeza, siento que terminó así que me volteo

-Mírate papá, estas muy bonito-Me pasa el espejo, me miro en el, pequeños tumultos de crema yacen esparcidos por mi cabello y el listón un centímetro delante de la cola, la cual está un poco más abajo que el centro de mi cabeza, aún así está hermoso