Por ella.

Papeles

-Necesito saber que tienes en el cuello, no me iré Casandra, no hasta saber que tienes y quien te lo hizo-

Markus Powell

-Alphonso-escuché decir a Casandra dentro de su habitación, iba a seguir de largo-Hoy no voy a poder estar contigo-pero esa oración hizo que me pegara a su puerta

-Markus tiene que salir y las niñas no tienen con quién quedarse-alcé las cejas sorprendido al ver que le había mentido

-¿Alphonso? Sabes que es trabajo-le escuché decir nuevamente, Esto no es trabajo Casandra sonreí para mis adentros, sonrisa que se esfumó cuando escuché que se levanto del suelo

Entré en pánico y empiece a correr por todos lados, no tenía claro a donde iba sólo me encontraba dando vueltas por el pasillo

La perilla de la puerta se empezó a mover, me fuí corriendo a la cocina

-Hola-me voltee nervioso al escuchar a Casandra sentada en el comedor, torpemente traté de ocultar, muy disimuladamente lo que hacía o lo que trataba de hacer-¿Qué haces?-preguntó levantándose de la silla

No, no, no, no, no me repetía en la mente tratando de ocultar, sin mayor éxito el sartén lleno de todas las especias que había en la alacena

Casandra me miró confundida al no recibir respuesta por parte mía, por dentro me estaba mordiendo la lengua para no decir una estupidez

-Markus ¿Qué es esto?-me miró asustada luego de ver el sartén con esa mezcla extraña, yo no quería decir nada

-Es un té-respondí en un hilo de voz para después morder mi lengua otra vez, Casandra me miro incrédula mientras asentía y se alejaba de mí, miré para otro lado cuando se agachó mordiéndome las diminutas uñas que tenía

Yo seguía estático en la misma posición que antes, mientras Casandra sacaba algo del refrigerador, de vez en cuando me lanzaba miradas rápidas; eso no ayudaba

Casandra iba pasando película por película, yo venía trayendo el tazón de palomitas, me senté en el sofá un poco muy separada de ella, Casandra no debía sospechar nada, absolutamente nada

Puse el tazón en la pequeña mesa, Casandra tomo un puño y se lo llevó a la boca sin despegar la mirada de la pantalla, yo hice lo mismo mientras la miraba fijamente

Casandra puso una película-Voy a buscar una frazada-se levantó y cogió otro puñado de palomitas, Casandra no entendía que le pasaba a Markus, y Markus no sabía cómo hacer que Casandra no se diera cuenta que le pasaba algo

Decidí relajarme, soltar la atención, comer palomitas, disfrutar de Marvel, de la compañía de, ay no ya viene

Casandra llegó con una manta, se sentó a mi lado y cubrió las piernas de ambos-¿Puedo devolver la película?-preguntó mirándome, yo asentí perdido en sus ojos

Las mejillas de Casandra se incendiaron, y eso bastó para que la vergüenza del hombre desapareciera, dándole la confianza par formar una sonrisa y acercarse a la dama

La dama sonrió

-Si no protegemos la tierra, te juro que la vengaremos-repetí el diálogo antes de coger otro puñado de palomitas, Casandra me observó sorprendida, otra vez-No pongas esa cara otra vez, llevo repitiendo la película entera-Casandra rodó los ojos divertida

Esa era una de las acciones que nunca había visto en ella, y no era como que me molestaran-Iré a hacer más palomitas-avisé levantándome de el sofá, Casandra me miró por unos segundos y asintió

Cogí el tazón y me fuí a la cocina Sin que él se diera cuenta, la chica miraba su partida, cosa que interrumpió cuando escuchó la voz de Loki en el televisor, y se acomodó en el sofá para ver la película, el veía la bolsa de palomitas moviéndose dentro del microondas, su corazón latía fuerte observando a la mujer acostada en el sofá, la mujer también lo sentía cuando lo tenía cerca y lo pensaba mientras escuchaba los diálogos que sospechaba que él sabía, los dos sonrieron al tener el mismo pensamiento

-Regresé-dije sentándome al lado de Casandra nuevamente, Ella asintió sin mirarlo, él castaño supuso que estaba concentrada en la película, la chica en realidad estaba avergonzada

Él seguía repitiendo los diálogos, ella estaba pérdida en los efectos especiales de la película, a veces saltaba de la emoción y otras veces del miedo

Él la observaba con una sonrisa en la cara, ella no lo sabía

Él se desconcentró al llegar su película favorita, a ella no le llamaba la atención

Él repetía los diálogos con más emoción que antes, ella tomó sus manos por encima de la manta, él no se dió cuenta, ella tampoco

Él le explicaba lo que pasaba, ella no escuchaba más que su voz

Ella notó sus manos entrelazadas cuando él las apretó, ella sonrió y él no lo notó

Cambiaron los papeles

-¡Viste eso! Yo soy Iron Man-traté de imitar la voz de Robert, pero salió más parecida a la de Terminator, Casandra rió

Los papeles volvieron a cambiar

El tiempo pasaba y se acercaba la hora de recoger las niñas Powell, esto se supo por la alarma que sonó en el teléfono de los dos, los dos se miraron y se levantaron como si de un robot se tratara

-Tú ve recogelas, yo me encargo de esto el almuerzo estará en cinco-asentí a lo que dijo Casandra, apagué el televisor y me llevé a la cocina los vasos dentro de el contenedor de las palomitas, ella se estaba amarrando el cabello en una cola en la nuca, se hacía tarde para recogerlas

Me despedí de Casandra que tenía todo listo, y salí de la casa abriendo el auto y el garage con sus respectivas llaves

Las chicas me miraron raro, de arriba abajo y de lado a lado, me crucé de brazos con una ceja alzada-¿Qué tanto me ven?-

-Sólo entra al auto papá-dijo Melody negando

-¿Por qué?-pregunté, Melody y Mady se me acercaron y trataban de entrarme en el auto, previamente abierto por Lizzie

-Entrenlo antes de que nos convirtamos en un meme-dijo ahora Abby tapándose la cara



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En el texto hay: chicklit, romance, niñeras

Editado: 23.12.2020

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