Por Encima De Todos

Lo Lamento

Durante el camino al hotel donde Lucía y los niños se estaban quedando, Alonzo le dio él resumen de la vida de ella los últimos casi cuatro años y como.antes cuando él quiso averiguar algo simplemente no supo nada y ahora fue más sencillo, ambos deducen que su familia tenía que ver con eso.

Él resumen contaba con toda la experiencia laboral que obtuvo antes y después de dar a luz a los gemelos, cómo fue escalando hasta llegar a ser una renombrada fotógrafa trabajar para las mejores revista, todo mientras educada sola a sus dos hijos.

Nada de lo que le dijo le sorprendió mucho a Maximus, sabía que su esposa era capaz de eso y más, ella era muy fuerte, tensa e inteligente, por eso había quedado completamente enamorado de ella.

Cómo le hubiera gustado estar con ella apoyándola en todo, con los niños siendo unos recién nacidos, ese era otro asunto….

Sus hijos.

Se había perdido los tres primeros años de vida, se había perdido su nacimiento, sus primeras risas,  sus primeros pasos, sus primeras palabras, todo por estar siendo engañado por su familia y ahora ellos ni siquiera sabían que él era su padre.

Pero lo cambiaría enseguida 

─Comunícate con él abogado y dile que si de verdad se atrevió a divorciarme de mi esposa estando yo en coma le quitaré todo lo que tiene y reducire su mundo a cenizas ─

─Sí señor ─ dijo Alonzo, estacionado justo enfrente del hotel.

Para su molestia y mala suerte en él hotel no le daban ninguna información de ella, ellos tenían una estricta política de no revelar información de sus huéspedes, por lo que no le dijeron si en ese momento ella estaba o no estaba en él hotel. Así que tomó la decisión de quedarse ahí hasta que ella apareciera, no le importaba, tenía todo él tiempo del mundo.

Tuvo que apagar su celular por todas las llamadas y mensajes de su familia, en ese momento no quería saber nada de ninguno de ellos, así que estuvo un rato ahí esperando.

─Hola señor ─ lo saludaron los gemelos de repente. 

Se sentía horrible que sus propios hijos le digan señor.

─Hola niños ─ los saludo feliz ellos eran los que menos tenían la culpa en todo él asunto. 

─¿También vive aquí? ─ le preguntaron ellos.

─Si ─ contestó, haciéndole una seña a Alonzo para que le hiciera una reserva, por varios días hasta que resolvieran toda la situación.

─Niños no pueden estar corriendo así ─ dijo una chica llegando un poco agitada ─ además su madre le dijo que no hablaran con extraños ─ le recordó.

─El no es un extraño ─ dijeron ambos ─ es amigo de mi mamá ─

─Oh, disculpe no lo sabía ─ se disculpó la chica.

─No hay problema, se está encargando de cuidar a los niños supongo ─ comentó él y la chica asintió ─ ¿dónde está su mamá, niños? ─

─Trabajando en la playa ─ contestaron. Eso no lo ayudaba mucho, habían muchas playas en la isla.

─¿Y ustedes a donde van? ─ le preguntó con interés.

─A la piscina ─ contestaron.

─Pues los acompaño entonces ─ dijo él y cada uno tomó su mano y fueron a la piscina del hotel seguida por la chica que estaba muy alerta del hombre que nunca le mencionaron la posibilidad de encontrarse y mucho menos que estuviera cerca de los niños.

Maximus paso toda la mañana con los niños en la piscina conociendolos, ambos eran muy similares, en especial en él carácter, que a su vez era similar al suyo, en aspecto ambos tenían piel blanca, cabello rubio algo rizado y ojos muy claros, casi blancos, únicamente ellos habían heredado los ojos de su padre.

Ellos también eran muy curiosos y le hacían todo tipo de preguntas de lo que le gustaba, lo que no, en que trabajaba, si tenía hermanos, padres, de donde conocía a su madre.

─¿Fue su novio? ─ preguntó Ares o eso creía, no sabía si los estaba distinguiendo bien.

─Si, fuimos novios ─ contestó estaban sentados en la orilla de la piscina ellos estaban comiendo la paletas, Anthea no le había quitado la vista a ninguno de ellos en ningún momento.

─¿Y conoció a nuestro papá? ─ le preguntó Eros.

─Niños ya llego su mamá ─ le dijo Anthea interrumpiendo los, Maximus estaba apunto de decirle que él era su papá, no podía aguantarlo, no soportaba que sus propios hijos lo miraran cómo solo un amigo de su madre y nada más.

─¡¡Mami!! ─ dijeron ambos levantándose para ir con ella.

─Con calma niños se pueden caer ─ le dijo ayudándolos a levantarse y cuando los tres giraron, vieron a Lucia llegar junto con un hombre desconocido para los tres.

Los tres fruncieron él ceño, molestos, los niños también habían heredado lo sumamente celoso de su padre. Lucia hablaba con él hombre con amabilidad, mientras que él estaba muy cerca de ella para él gusto de los tres, pero su paciencia llegó a su fin, la de los tres cuando ese hombre de aprovechado la tomó de la cintura.

─¿Quién es él? ─ preguntaron los tres en tono serio y molesto.

Lucia los miro a los tres, sorprendida sí de verlos a los tres juntos, pero también muy conmovida, porque los tres lucían  muy tiernos con sus caritas fruncidas, así que les tomó una foto.

─Niños, que son esos modales ─ le regaño su madre.

─Buenas tardes señor ─ saludaron ellos.

─Hola niños ─ dijo él hombre con cierta suficiencia.

─Maximus, ¿Qué haces aquí? ─ le preguntó confundida, acercándose a Eros para limpiar él resto de chocolate que tenía en la boca, Maximus aprovechó su distracción para tomarla de la cintura y pegarla a su cuerpo.

─¿Que?, ¿Ahora no puedo ver a mi esposa? ─ preguntó él con interés, sorprendiendola completamente por sus palabras.

─¿Estás casada? ─ preguntó él hombre.

─Si─

─No ─ contestaron al mismo tiempo ─ estamos divorciados ─ dijo ella separándose de él bajó la mirada atenta de los niños que no estaban entendiendo mucho, pero de cierto modo le agradaba la situación.




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