Por Encima De Todos

Epilogo

─¿A dónde vas? ─ preguntaron los niños, mientras Lucia le arreglaba la corbata.

 

─Su padre tiene que ir a su trabajo niños ─ le contó ella, en unos minutos ella también tenía que irse, era él último día de fotos.

 

─¿Podemos ir? ─ preguntaron ambos al mismo tiempo, Maximus se estaba acostumbrando a que ambos le hablaran al mismo tiempo.

 

─¿Pueden?─ le preguntó Maximus a su esposa, aún no era oficial, pero estaba haciendo que toda su gente se encargará de que volvieran a estar casados, si no, le pediría de nuevo que fuera su esposa y se casarían de nuevo.

 

─¿Exactamente que vas hacer en la oficina? ─ le preguntó ella.

 

─Debo hacer algunos arreglos, porque voy a dirigir todo desde Nueva york ─ le conto.

 

─¿Puede ser seguro para ellos? ─ le preguntó ella ─ a desayunar ─ le dijo ella para que todos salieran.

 

─Estarán conmigo en mi oficina en todo momento ─ contestó él.

 

─¿Y si te llaman a una reunión? ─ le preguntó ella.

 

─Se quedarían en mi oficina junto con mi secretaria ─ contestó mientras ayudaba a sentar a Ares y ella a Eros, estaban hablando en griego así que los niños no entendían mucho de lo que decían.

 

─¿Janet aun trabaja para ti? ─ le preguntó Lucia sentándose en la mesa.

 

─No, tengo una nueva secretaria desde él accidente ─ contestó él.

 

─Claro que la tienes, me agradaba Janet ─ dijo ella poniéndole un poco de miel a la avena de los niños ─ y por lo tanto no me agrada que ella se quede con los niños, alguien de tu familia puede tener acceso a ellos ─ dijo ella.

 

─¿Y qué opinas de que Alonzo se quede con ellos?, será mejor ha que se queden aquí en él hotel, además al medio día nos reunimos los cuatro para almorzar en tu restaurante favorito, ¿qué dices?─ le propuso.

 

─Me deja más tranquila si están con Alonzo, se que él no dejara que alguno de ellos se acerquen ─ dijo ella con calma para después mirar a sus niños ─ si pueden ir con su padre al trabajo ─ le dijo para que ellos entendieran.

 

─¡Siiii! ─ dijeron ambos felices.

 

─Pero si dejan algo de su desayuno se quedan ─ le advirtió ella y ambos enseguida se pusieron a comer, mientras que Maximus lo miraban con ternura, no podía creer que se había perdido de estar con ellos todos esos últimos años por la mentira de su familia.

 

Después de un rato todos se despidieron, Lucia se fue a su último día de trabajo, mientras que Maximus se fue con los niños a la empresa que estaban muy emocionados de conocer él lugar donde trabajaba su padre.

 

─Alonzo te quedaras con los niños en mi oficina, te aseguraras de que ellos se queden ahí y no se vayan con nadie más ─ le dijo cuando llegaron a la empresa.

 

─Si señor ─ contestó él y todos suvieron hasta él ultimo pido donde estaba la oficina de presidencia.

 

─Buenos días señor ─ le saludo sus asistente sorprendida de verlo con dos niños.

 

─Buenos días ─ contestó él serio cómo siempre.

 

─Hola ─ saludo Eros.

 

─Que bonita ─ dijo Ares fascinado con la alta rubia de piernas largas, Maximus reprimío él carcajearse por lo que había dicho uno de sus hijos. Su secretaria solo le sonrió con ternura.

 

─Señor sus padre lo están esperando en su oficina ─ le informó ella, enseguida Maximus contrajo él ceño y enfurecio por la noticia, no quería ver a ninguno de ellos.

 

─Niños vayan con Alonzo un momento, en unos minutos estoy con ustedes ─ le dijo mientras hacía que cada uno tomara la mano de su guardaespaldas y muy obedientemente se fueron con Alonzo, mientras él fue a su oficina a enfrentar a sus padres.

 

─Ustedes no deberían de estar aquí ─ le dijo él con seriedad no más entrar en su oficina.

 

─Aunque tu estés a cargo de todo, está sigue siendo mi empresa Maximus ─ le dijo su padre serio.

 

─Y yo no quiero verlos aun así ─ dijo caminando hasta su escritorio ─ se los deje claro ayer después de que le hiciste a Lucia — dijo él mirando a su madre serio que lo miraba igual de sería.

 

—Maximus tenemos que hablar de algo muy importante, esos niños….

 

—Mis hijos —

 

—¿Que te aseguran que lo son? — preguntó su madre. 

 

—Fuera — echo Maximus sin chistar.

 

—Soy tu madre no me puedes hablar así — se quejó ella.

 

─Si puedo cuando quieres difamar a mis hijos ─ dijo Maximus ─ ya entiendan lo bien, estoy con Lucia y tengo dos hijos con ella y ustedes no pueden hacer nada al respecto y si tienen la osadía de intentar algo los haré pagar ─ dijo él ─ ahora váyanse ─ 

 

─Maximus no hemos terminado de hablar ─ le dijo su padre y Maximus bufo.

 

─¿Qué quieres? ─ preguntó con seriedad.

─Seguridad ─

 

─¿Seguridad de que? ─ preguntó Maximus.

 

─Seguridad de que no nos vas a dejar sin nada ─ dijo su padre.

 

─Saben lo que tienen que hacer, alejense de mi esposa y mis hijos ─ le recordo.

 

─Pues si quieres que eso pase, nos harás un contrato en él que te vas a comprometer que no importa lo que pase o lo que esa mujer a la que llamas tu esposa pueda hacer después, nosotros y tus hermanas seguiremos recibiendo nuestro dinero ─ dijo él.

 

─Claro, porque solo eso les importa, él dinero ─ se jactó él ─ hablare con mi nuevo abogado y en unos días estará él contrato, acordare una cantidad un poco más grande de la que están acostumbrados para que se olviden por completos de nosotros ─

 

─Por nosotros está muy bien ─ dijo su padre poniéndose de pie junto con su esposa ─ no nos busques cuando esa mujer se queda sin nada ─

 

─Eso no pasará ─ dijo él con seguridad.




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