Oaxaca, México
Recojo mis piernas, poniendo mis rodillas flexionadas a la altura de mi estómago, cojo mi cobija azul, la de ositos cafes y lo rodeo por todo mi cuerpo, me hago mas bolita en la pequeña silla de madera que mi papi me hizo con mucho cariño, uno de los pocos recuerdos que me quedan de él, hace tanto que se fue, le he echado de menos.
Tomo entre mis manos la taza con leche caliente que me a traído mamá y le doy un sorbo, el frío es inmenso, el sonido de la lluvia azotándose con fuerza en el techo de nuestro pequeño hogar, no a cesado, pero al mismo tiempo me es relajante escuchar la lluvia, veo hacía la ventana, las gotitas de agua se deslizan por el vidrio hasta deformarse.
El sonido de un trueno a lo lejos ocasiona que dé un pequeño salto por el susto, es algo muy aterrador para mi mente, me pregunto donde habra caído, tal vez sea por los árboles que se encuentran en el bosque.
Le doy otro largo sorbo a mi leche, tengo que recuperarme del susto, casi me sale el corazón.
Dejo mi taza sobre la mesa, donde tengo acomodado mis libros de la escuela, ahora que me acuerdo, no he terminado mis deberes.
Cuando retomo mi posición en la silla, jalo la cobija para taparme más el cuerpo, un pequeño gémido de dolor sale por mis labios, dirigo mis ojos hacia mis muñecas observando que mis heridas se han abierto un poco, pero no lo suficiente para que salga sangre de ellas.
No le he encontrado una lógica del porque la gente puede llegar a ser tan malvada, ocasionando daño hacia los demás.
Hace dos semanas atrás, unas excompañeras digo ex, porque gracias a la vida fueron expulsadas de la escuela, esas chicas me agredieron físicamente sin razón alguna o tal vez por ser una chica delgada, sin nada de condición física o por ser una huérfana, como ellas me llaman. Lograron su objetivo, cortarme las venas de las muñecas, ese día pensé morir, pero gracias a Dios sigo viva, es gracioso pero es la segunda vez que me libro de la muerte.
Unos golpes en la puerta de madera, hacen que regrese a la realidad.
⼀Pasé⼀ respondo para que puedan abrir la puerta, mamá siempre me a enseñado a ser educada.
⼀Nahiara, es hora de ir a la cama⼀ los ojos negros de mi mami me observan detenidamente.
Lleva una falda negra ancha y larga, que le llega hasta los pies, una sudadera azul con algunos adornos, como ya es costumbre desde hace un tiempo atrás, su cabeza esta adornada con un pañuelo, esta vez es de color azul. Recuerdo todavía ese día, cuando la bomba de la palabras explotó en nuestra realidad, haciendo nuestras vidas un mar de lamentos, ese día juré que ya nunca le daría mas molestias para que ella no se enfadara y menos que se preocupase, pero creo que le he fallado.
⼀¿Cómo siguen tus heridas?⼀ ¡ayy no!
Muerdo mi labio inferior, pensando si mostrarselas o no, cierrro los ojos soltando un suspiro, extiendo mis manos hacia ella, abriendo mis ojitos para ver su expresión, sus ojos se agrandan por lo que estan viendo. Sii no traigo los vendajes, pero ¡ es que me picaban la piel !
⼀Nahiara, ¡Por un demonio! ¡Donde estan tus vendajes!⼀
⼀Si…, yoo… apenas me las iba a poner, disculpame⼀ alzo la vista, su rostro esta echo un poema, pero lentamente se suavisa y de la nada suelta un suspiro de cansancio.
Soy una estúpida, ella no se puede preocupar mucho y yo le estoy dando muchas anustias, cuando se perfectamente en el estado que esta.
Verla con el rostro pálido y los labios resecos por los tratamientos de día a día, destrozan lo más profundo de mi ser,¡Por qué! ¡Por qué le tuvo que pasar a ella!, habiendo mas de un millón de mujeres en el mundo, por qué a mi mamá. Tal vez mi hermano tenga razón, y yo sea una desdicha por llegar a sus vidas, solo les he causado problemas y más problemas, primero mi papá y ahora mamá.
Tomo entre mis manos la mano de mi mamá, su piel esta frío, un nudo en mi garganta esta empezando a quemarme. Ojala pudiera tener magia en las manos, como en las películas y arreglar todas las cosas malas que han sucedido.
⼀Debes descansar mami, juro que estaré bien⼀
Remojo mis labios mordiendolos por dentro, su mano acaricia suavemente la mía, alzo la vista forzando una sonrisa alegre, aunque por dentro, un temblor me va destruyendo lentamente, llevandose mis mas preciados tesoros.
⼀Ponte los vendajes y descansa⼀ sus labios aterriazan en mi mejilla regalandome un tierno y cálido beso.
⼀Tu igual⼀ rodeo mis manos en su cuello.
No quiero que ella me deje, no lo acepto, esto es injusto. Su frente se junta con lamía, sus manos me acarician las mejillas suavemente.
⼀Te amo hermosa, nunca lo olvides, fuiste y seras el más hermoso regalo que Dios y la vida pusieron en mi camino, nunca lo olvides ⼀
Ella es lo mejor que a mi vida le pudo pasar.
La suelto lentamente, mis ojos chocan con las de ella, sus ojos se tiñen de una luz muy especial, me regala una última sonrisa y su pasos se marchan del lugar, dejandome en la oscuridad de la habitación, mientras la lluvia sigue en una lucha y mi corazón en una agonía.
Entonces no lo soporto mas, las lagrimas caen una tras otra, mi garganta quema, mi corazón duele y ¡no!, simplemente no puedo hacer nada.
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Editado: 02.07.2021