Por Favor... Dime quien eres

Dolor 2

California:

⼀¡Tierra, llamando a Amaris Ruiz!⼀

Sin control de mi cuerpo, doy un pequeño salto como ranita de mi lugar, volteo observando detenidamente la pupilas de John, ¡como puede espantarme de esta manera!, aunque la realidad, no he entendido ni una sola palabra de lo que ha dicho antes, mi cuerpo esta con él, pero mi mente, podría jurar que esta a mil metros de distancia de la Tierra.

Dentro de mi corazón algo duele y duele mucho, hay un dolor aquí adentro que quema cada vena de mi cuerpo, contaminando mi sangre de tristeza.

Tengo una agonía tan grande, haciendo de mis ánimos basura, es una sensación inexplicable para mi extraña vida.

⼀¿Estás bien?⼀

Las manos de John agitan mi antebrazo con un poco de fuerza.

Sus cejas se arquean, mientras en su rostro se nota un tono de preocupación, pero ¿encerio estoy bien?, últimamente me lo he preguntado yo misma, algo esta mal en mí y no se que es. Parpadeo varias veces observando el gesto en la cara de John, con la expresión de no entenderme nada, muevo la cabeza negando varias veces, mientras mi rebelde cabello negro se mueve tapandome la cara, con las manos lo acomodo rápidamente detras de mi oreja.

⼀A mi mamá le encantaron las flores y desea pronto conocerte⼀

Trato de despistar mis pensamientos.

Sí, mi mamá me izo demasiadas preguntas sobre John, lo típico de una madre y más si se trata de la mía y para ella es un caso serio si se trata de un chico y peor al hacerme dichos regalos.

⼀Estaré encantado de conocerla⼀

Suena tan emocionado, ¿no quieres pensarlo bien?, si supieras el interrogatorio que te espera.

Meto mis manos en los bolsillos de mi suéter, observando mis pasos, mientras seguimos caminando por los pasillos del colegio en silencio.

Hoy no es mi día, mis ánimos estan por los suelos, no tengo ganas ni siquiera de entrar a clases, solo quiero sentarme en algún rincón y llorar y lo peor de todo, no encuentro algun motivo para sentirme así, solo quiero hacerlo. Mis pies se sienten cansados y mi corazón llora en silencio, es como si hubiera perdido algo muy preciado.

Levanto nuevamente la vista, en los ojos de John veo preocupación.

⼀¿Por que lloras?⼀

Aguarda ¿Qué?

Paso la palma de mi mano por mi mejilla y efectivamente estoy llorando, pero no sé por que.

⼀Tengo que ir a clases, te veo luego⼀

No espero alguna respuesta, solo acelero mis pasos dejando a John más que confundido, mi cabeza no tiene ganas de escuchar sus ocurrencias, es tonto decirlo, pero mi mente esta muy confundido en estos momentos, necesito pensar, pensar muchas cosas.

Suelto un suspiro estando a unos metros de distancia, dejando salir de mis pulmones todo el aire que por algún motivo guarde.

Todo lo que me está sucediendo ya no tiene una lógica, primero están mis sueños, las tontas frases que llegan a mi mente, los raros comportamientos dentro de mi cuerpo, mis cambios de humor. Lo que sucedio el sábado con las flores, aún no encuentro una explicación a eso y ahora llorar, ¡esto me está enloqueciendo!

Un fuerte empujón hacia mi brazo derecho hace que levante de golpe la mirada, regresando a la realidad, detengo en seco mis pasos. Una chica alta, con un cuerpo esbelto, todo lo contrario al mio, de cabello rubio, ojos azules, pasa por mi lado viendome fijamente a los ojos, cualquiera la confundiria con una modelo de revista.

Tal vez es mi tonta imaginación, pero pareciera que sus ojos destellaran odio hacia mi, si alguien tuviese que hacer ese tipo de gestos, seria yo, a mi es a la que empujaron.

Vaya que raros son los Californianos.

Sus ojos siguen observandome, trago grueso, dejando mi boca seca, aparto la vista, observando a los alumnos que caminan a dirección contraria a la mia, su mirada por alguna razón me puso demaciado incómoda.

Escucho sus resonantes tacones chocar en el suelo, lo cual me indica que se a marchado, esa chica si que tiene tiempo para arreglarse, en cambio yo, observo mi lindo atuendo de hoy, un pants gris y un suetér azul marino, pero me siento muy comoda.

No había visto a esa rubia por aquí, aunque bueno el colegio es demasiado grande como para ponerle atención a todos.

Continuo con mis pasos diriguiendome al campo de fútbol americano, ya que ahí se encuentra la pista de atletismo, pongo los ojos en blanco al recordar que era necesario estar inscrita en algún deporte, escogiendo al azar y para mi muy mala suerte, ahora me toca entrenar en atletismo, si, ¡¡Urra!!, ¡que emoción!, ¡voy a correr!, Justo lo que no me gusta hacer, y menos con estos animos de mierda que me cargo, no duraré ni dos segundos en la pista, a mí, eso de los deportes, es una obra que aprecio mejor si solo lo observo desde la comodidad de mi sillón.

Mis ojos divisan la pista de atletismo y a los chicos de fútbol en el campo, no quiero ni pensar el desastre de corredora que seré.

⼀Señorita Ruiz, llega tarde⼀

La voz firme de la profesora Tania, habla a unos metros de mi, sus ojos cafes me miran con demasiada seriedad.




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