Por Favor... Dime quien eres

Encuentros

Nahiara:

Los sentimientos te destruyen, estás lágrimas en mi rostro hacen que mi piel arda, nunca sabes lo que vendrá mañana, la mente te juega mucho en contra, diciendote que los días serán una rutina de siempre, a veces, solemos pensar eso, sólo que la cruda verdad te tira de diez metros hacia el precificio sin tener compasión.

¡¡¡Cómo haces para que las nubes no lloren!!!, ¡¡¡Cómo detienes al viento para que no destruya todo a su paso!!!, ¡¡¡Cómo haces para que el fuejo no se enoje y no arda en llamas!!!, ¡Dios! dime tu secreto. Dime como debo de sanar el alma, habrá un manual o un blog en internet que ayude, porque esa frase del el tiempo lo cura son tan falsas. El tiempo solo hace que te pierdas mas en un laberinto que nunca llega hacia la luz. Como te mantienes con vida, si tu vida está por los bordes, en un abismo sin paz.

No encuentro respuestas.

⼀ ¡Eres solo una bastarda!, ¡Si tú no hubieras llegado a nuestras vidas, mi mamá no estaría muerta!, ¡¡¡Te odio!!!, ¡¡¡Ojalá tu estuvieras muerta y no mi madre!!!.⼀

Acelero mis pasos con toda la rapidez que pueda, las frases llegan una y otra vez a mi mente como un disco rayado, mis mejillas no han dejado de ser mojadas por mis propias lágrimas, sus palabras hirieron mi alma y terminaron de destruir la más pequeña y milesima parte de mí.

Sus ojos, esos ojos, nunca los olvidaré, me miraban con tanto odio, un odio verdadero, la realidad se reflejaba en ellos y yo, era la oscuridad. Sus palabras tienen mucha razón, solo soy una bastarda, si ellos nunca me hubieran acojido a su familia, no estarían muertos, mi hermano tiene toda la razón, Sebastian esta en todo su derecho de quererme ver muerta, ¡Yo tambien quiero estar muerta!.

El frío de la noche se cuela entre mi cara, el viento entre los árboles es ligero y hace que mi cabello sea un asco. Mis botas cafes están echos un desastre, el lodo se ha imprecnado en ellos, siempre los cuidaba para no arruinarlos, pero ahora ya no interesa eso.

Quisiera lanzarme hacia el vacio y acabar con este maldito dolor que arde en mi corazón y quema mi ser. 

Mis pies se doblan haciendo que caiga al suelo, ya no resisten más, ya no puedo más, no soy tan fuerte como me imaginaba, solo soy una basura que no sirve para mas, es arrastrada hacia el océano sin algún destino.

Tomo entre mis manos la tierra mojada, las sujeto con todas las fuerzas haciendo mis manos puños, enterrando mis uñas en mi piel, como si ella tuviera culpa de mi desgracia. Ella esta bajo tierra y nunca mas volveré a ver esos hermosos ojos que le daban luz en las mañanas.

Levanto la cabeza observando el cielo, quiero saber si mi mamá estan en una de aquellas estrellas, ella siempre me contaba de las personas buenas y bondadosas, cuando ellas se van de la Tierra, se convierten en luceros brillantes y ella debe ser la más brillante en el cielo, pero no, no está, mis ojos solo observan un cielo gris y obscuro, apunto de derramar una tormenta, hoy todos me han dejado sola, las estrellas y la luna me han abandonado entre las ruinas de la cruda soledad.

Nuevas lágrimas empiezan a resbalar por mí cara, llegan hasta mis labios, los saboreo, son tan saladas, reflejan la única verdad. Observo a mi alrededor, todo esta tan silencioso, no hay un ruido, solo estoy yo y la vida.

Me despojo del arco con el aljaba con las flechas que cargo en la espalda dejandolos al suelo, cuando Sebastian me hizo entender la mierda de personas que soy, solo pensé en tomar el arco y las flechas de mi padre y salir corriendo hacia el bosque, donde nadie tuviese que restregarme en la cara lo que soy.

Los tontos recuerdos llegan a mi mente, me recuerdan a papá, cuando yo era una niña, él me enseño como cazar con ella, a mamá siempre le molestaba que un animal fuese asesinado, ella decía que todos en la Tierra tienen un propósito por lo que los seres humanos no tenemos derecho de interferir, pero creo que sus palabras fueron incorrectas, su propósito no era irse de aquí y ahora ya no esta.

Lentamente me levanto del suelo, sacudo con mis manos un poco mis jeans azules, pero en cada sacudida el lodo se aferra más a mi ropa, haciendome ver mas sucia de lo que ya he quedado. Recojo algunos de mis cabellos por detrás de mi oreja, el ruido de algo en el suelo provoca que levante la mirada de golpe, una hermosa paloma blanca esta a unos 4 metros de distancia, remojo mis labios, sin pensarlo dos veces, agarro el arco entre mis manos, las palabras de mi padre se hacen presentes, cargar, apuntar, disparar. Saco una flecha del aljaba, la detengo con mis manos, recorriendo con la mirada la filosa punta, lo acomodo en el arco, apunto hacia la paloma, ella sigue ahí en el suelo. ¡Por que no te largas! Trago grueso, yo nunca había cazado, siempre le apuntaba a los árboles, pero nunca a un ser vivo, a mamá no le gustaría, pero “ella ya no está” me recuerda mi subconsiente.

La antigua Nahiara no tendría el valor para hacerlo, sin embargo ya no soy esa chica tonta e indefensa, una chica dejandose pisotear por los demás, ¡ya no! susurro para mis adentros, suelto la flecha hacia la dirreción de la ave, un pequeño ruido se hace presente en el frío de la noche y despues el silencio vuele a reynar el lugar.

Creo que mi boca se a quedado seca, cojo el aljaba de las flechas y lo coloco en mi espalda, camino con firmeza y a la vez despacio, me acerco hasta donde esta la paloma con una flecha en su cuerpo, quisiera arrepentirme peno no puedo, no quiero hacerlo, en su lizo y perfecto plumaje se va tiñendo de rojo, el rojo de la muerte. Suelto todo el aire retenido en mis pulmones, la he matado, le he dejado sin vida, he arruinado su vida, mi corazón es una marea de emociónes encontrados. Cierro los ojos, entreabriendo los labios para respirar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.