Por Favor... Dime quien eres

¿Te intimido?

 

Aditya:

 

Tener un poder que corre por tus venas, saber que eres superior a los demás, poseer algo único te hace perder un poco los miedos o te cambia radicalmente, todo depende de tí, que tanto eres capaz de controlarlos, si no mides tus pasos, tus poderes te cegaran por completo. 

Recuerdo los días en que mis poderes aparecieron, en ese entonces vivía con mis padres sustitutos, entender lo que sus mentes pensaban era demasiado para mí, no quería hacerlo, pero me volvia loco, controlar a mis compañeros de mi colegio era satisfactorio, solo bastaba una mirada y ellos estaban en mis manos: vivir o morir, shhh, ¡Corre! mi frase preferida.

Pero a veces yo mismo me temía, no tenía a nadie que me ayudará, mis padres, pero ellos no me creería o solo me mandarían a una clínica de rehabilitación, simplemente ellos no lo entenderían.

Cuando supe el riesgo que corrían a mi lado decidí marcharme lejos, recuerdo la tristeza en los ojos de mis viejos gracias a mis mentiras, ellos me adoraban y yo sentía un tipo de cariño por ellos, es ese tipo de conexión difícil de explicar, haberme perdido y haberlos perdido era algo que no se supera.

Tener enfrente a una chica con la cual debe gobernar un mundo, donde los recuerdos son pocos, un mundo desconocido para sus ojos. La veo tan frágil, con temores, solo es una niña, cada vez que veo su rostro no puedo dejar de pensar en ella, mi destinada, ella habrá tenido alguien que la cuide; mis palabras hacia Nahiara del amor es muy cierto, no puedo sentir eso, es sencillo y fácil, vivir a lo largo del tiempo con mis demonios me ha hecho ser justo y controlador con las personas, sin ningún tipo de sentimientos de por medio.

Nahiara parece estar muy ajena a la realidad, ha estado así desde su cambio, le propuse comer algo, así que aquí estamos, como unos humanos normales, me es tan difícil acostumbrarme a tener a una chica a mi lado y su mente no me ayuda en mucho.

Sus dedos avanzan juguetonamente hacia las pequeñas flores que adornan la mesita de madera, por alguna razón solo observo con curiosidad sus movimientos, ¿Qué harás?

Toma entre sus manos un rosal rojo, con la yema de los dedos roza con delicadeza los pétalos de la flor y solo basta con eso para que esa pequeña flor sea presa de su poderes, la flor no tarda mucho, solo segundos para dejar de vivir entre sus manos, se marchita hasta quedarse completamente seca. Juraría que si lo aprieta esta se quebrara en pedazos hasta volverse nada.

Clavo un trozo de fruta en mi tenedor y me lo llevo a la boca, el sabor dulce del melón en mi boca es más que satisfactorio, hace cuanto no disfrutaba comer algo rico.

一 Interesante 一 hablo después de devorarme la fruta, aunque se muy bien las consecuencias si no logra controlar sus impulsos y curiosidades, puede herir a un indefenso.

Ella sacude su cabeza saliendo apenas de su trance, sus ojos chocan con los míos dejándome ver la diversión en ellos, hay un brillo especial en ellos cada vez que chocan con los míos, pero no he descifrado lo que significa. El color de su cabello cayendo hacia su cuello le da ese toque especial, sus ojos son más claros de lo normal, sería la envidia de muchas chicas, pero el temor de muchas más.

一 Su orden señorita 一 una alegre voz habla a un lado mío, una chica de mediana estatura, de tez morena aparece con un plato de pasta en las manos, con nerviosismo la chica lo depósita en frente de Nahiara, cuando se endereze sus ojos negros chocan con los míos, amablemente le regalo una sonrisa, lleva puesto una falda negra ajustada a su cuerpo, dejando mostrar sus delineadas curvas, una blusa blanca y su cabello castaño amarrado en una coleta alta, ella sonrie y no me sorprende sus pensamientos.

¿Por qué la gente es tan ilusa?

一 No tiene salsa 一 Nahiara habla por primer vez.

La castaña clava sus ojos en Nahiara, la molestia reflejada en sus ojos, observo a mi amiga levantando ambas cejas, ella no me hace caso poniendo su atención en la mesera, sus labios se curvan de manera divertida. Volteo hacia la castaña sorprendido con su rostro y lo que no quiero que pase está sucediendo, su cara luce muy pálida, como si estuviera a punto de colapsar al suelo.

¡Enserio!

Tomó con fuerza la muñeca de Nahiara haciendo que sus ojos me miren, ahí está nuevamente la diversión en ellos.

一 ¡Basta! 一hablo levantando un poco mi voz.

Escucho como la mesera da un pequeño grito volviendo en sí, Nahiara pone los ojos en blanco y con fuerza se safa de mi agarre.

No me teme, lo cual no me extraña.

一 Puedes retirarte 一 mi voz suena fría y cortante hacia la castaña, solo oigo pasos alejarse, suelto un suspiro clavando mis ojos nuevamente hacia mi plato de frutas. 

一 De nada, querido 一 levantó la vista para chocar con ese brillo en sus ojos.

一 No juegues con fuego o te quemaras 一 recuesto mi espalda en la silla cruzando mis brazos a la altura de mis pechos,  Nahiara imita mis movimientos.

¡Ay no!

一 Te estaba devorando con la mirada, aunque no la culpo 一 alzó las cejas ante su confesión, desde cuando es tan directa, ella solo me guiña con el ojo.

一 La ibas a matar 一 




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