La casa era realmente hermosa, no era muy grande ni muy ostentosa. Antes de entrar vimos a Demian en la puerta saludándonos, Andrew se acercó a él y luego salió un señor junto con una señora y los cuatro caminaron a donde estábamos nosotros.
-Buenos días- Dijo el señor. Vanessa corrió a abrazar al señor, era su padre -Hola linda- le dijo respondiendo el abrazo.
-Buenos días, señor- le contestamos nosotros cada uno en su tiempo.
-No me digan señor, díganme, Mike- dijo con una sonrisa mientras Vane lo soltaba.
-Señor ya está preparado su coche-
-Muchas gracias, en un momento voy-
-Papá, ¿te vas a ir? -Le preguntó Vanessa
-Sí cariño, tengo una junta muy importante en Nueva York-
-Creí que habías regresado para ya no irte- Le reclamó Andrew molesto
-Es mi última junta ahí, después de este fin de semana ya no trabajaré ahí-
- Enserio y, ¿qué harás ahora? -Andrew parecía estar muy molesto
-Regresaré a trabajar a la empresa de su abuelo-
- ¿Mi madre te dejo hacer eso?, no es posible- Tomó su maleta y su mochila, se dio la vuelta y entro a la casa sin atender a los llamados de su padre.
-Rose se quedará con ustedes, yo regresaré hasta el domingo en la tarde, tal vez los vea- dijo mientras Rose le daba su maleta -Tengo entendido que se irán el lunes directamente de aquí a la escuela-
Le dio un beso a Rose y a Vanessa se lo dio en la frente, se fue a un elegante auto rojo y subió. Rose nos dijo que entráramos y nos llevo a nuestras respectivas habitaciones. Vanessa, Maddie y yo nos quedaríamos en una y Nathan, Oliver y Andrew en otra. Nosotras nos fuimos a nuestra habitación, acomodamos nuestras maletas y estuvimos un rato hablando sobre la escuela, las tareas, las pruebas para el escuadrón.
Vanessa decidió que era buena idea practicar nuestra coreografía y mostrársela a Maddie para que hiciera las pruebas con nosotras. Así que salimos al patio, muy a pesar de mis quejas por el frío y el cansancio. No hubiera bajado si no hubiera sido por la amenaza de Vanessa de salir o haría que Andrew me sacará.
Pero ya en el patio me di cuenta de que no había sido una decisión muy inteligente, hacía demasiado frio y los abrigos no nos dejaban movernos. Cuando íbamos a cargar a Maddie para una pirámide, se nos atoraron los abrigos y las tres caímos al suelo.
Comenzamos a reírnos ahí tiradas en el suelo, luego volteamos al cielo y observamos las nubes. Hasta que sentimos que gotas de agua comenzaban a correr. Nos metimos corriendo a la casa mientras reíamos. Luego Vanessa dijo que la lluvia no la haría encerrarse, así que dijo nos pusiéramos impermeables, botas contra agua y tomáramos un paraguas.
Antes de salir vimos que los chicos estaban jugando videojuegos, Vanessa les dijo que salieran con nosotras y ellos solo la ignoraron. Bueno, excepto uno, Nathan. Claro que Andrew le dijo que no podía dejar solo a Oliver y el acepto quedarse.
Cuando salimos ya esta empezando a llover un poco más, Vanessa pateo un charco pequeño que estaba cerca de mi y me mojo. Así que yo también la mojé y comenzamos a perseguirnos. En algún momento también mojamos a Maddie y se unió a nosotras. Nos subimos el gorro del impermeable y dejamos los paraguas en la barandilla que separa el patio del lugar donde esta una mesa y unas sillas.
Mientras jugábamos en algún momento los chicos terminaron por unirse a nosotras. En un momento me detuve a observar la escena, todos jugando y divirtiéndose bajo la lluvia. Aunque no era la única que la observaba. Rose también lo hacía, observaba desde el otro lado de la puerta de cristal. Tenía la mirada puesta en un punto fijo, Demian.
Entonces se escucharon unos truenos y después de unos segundos se vio la luz del rayo. Comenzó a llover más fuerte y cuando iba a correr hacia la casa, choque con algo. Con Andrew, y había caído encima de mí. De nuevo estaba muy cerca de mí, tan cerca que podía ver cada una de sus pecas y el brillo en sus ojos que ahora se veían más azules. Él se levantó y me ayudo a levantarme a mí.
Entonces se acercó a mi y acaricio mi mejilla con una de sus manos, y con la otra me tomo de la cintura. Entonces me besó. Me besó y yo lo besé a él. Fue un beso dulce y lento. Tan tranquilo y lleno de amor, sentía algo en el estómago. Tome su cabello entre mis manos y se sentía tan suave… y mojado. Me había olvidado de que estaba lloviendo y ahora no solamente me daba cuenta de que su cabello estaba mojado, también el mío.